Movilizado durante la guerra del catorce con apenas 19 años, fue herido gravemente en un pulmón, de lo que nunca se recuperó completamente.
En ese periodo comienza a desarrollar su faceta de ‘activista pedagógico’, con propuestas como introducir la imprenta en la escuela.
[7] En esas reuniones toma contacto con docentes franceses como Bovet, Cousinet, Ferrière, o el neurólogo y psicólogo infantil Claparède.
También se pone al día leyendo los clásicos de la pedagogía contemporánea para preparar las oposiciones a la inspección primaria, que sin embargo no aprobó.
[7] En Gars su pueblo natal, crea una cooperativa de trabajadores para electrificar la población y se convierte en un activista sindical en las filas del Partido Comunista,[7] militancia que en 1925 le permite viajar a la URSS con una delegación sindical y conocer allí a Krupskaia, Ministra de Educación y esposa de Lenin.
Freinet ya es conocido tanto a nivel nacional como internacional por los congresos en los que participaba u organizaba.
Al empezar la Segunda Guerra Mundial se le considera peligroso por su militancia comunista y es internado en un campo de concentración, aunque más tarde sale en libertad y se une al maquis del Briançonnais, que más tarde llegaría a dirigir.
[11] Siguiendo el testimonio de Élise Freinet, durante el periodo vivido en Bar-sur-Loup, su marido experimentó dos fases de «iluminación pedagógica», interiorizando y superando su propia experiencia tras la Gran Guerra y el movimiento hacia el nuevo modelo educativo que propondría.
[a][7] Sobre esta base, Freinet desarrolló un abanico de actividades para estimular «la libre expresión infantil, la cooperación y la investigación del entorno».
Freinet estuvo influido por las corrientes obreras y socialistas de comienzo del siglo xx.
Legran resume que «su cultura en el momento de su formación como maestro y cuando preparaba las oposiciones a inspector ya era muy amplia.
Todo ello justifica la actividad aritmética, en vez del acceso descarnado a los números y las operaciones»,[7] se trata, concluye Legrand de convertirlo en ‘cálculo vivo’.
La película tuvo como intérpretes principales a Bernard Blier, Juliette Faber, Édouard Delmont, Edmond Ardisson.
[12] Otro ejemplo similar puede encontrarse en La lengua de las mariposas, dirigida en 1999 por José Luis Cuerda.