Carlo Passaglia

Ahí se vuelve discípulo, junto a Johann Baptist Franzelin, del célebre teólogo Giovanni Perrone.

Otros miembros notables de esta escuela serán Clemens Schrader, Josef Kleutgen y Matthias Joseph Scheeben.

[8]​ Y es que la teología romántica, especialmente, la Johann Adam Möhler es apropiada por Passaglia a partir de estos años.

El papa Pío IX había aconsejado al Prepósito General, Jan Roothaan, que los jesuitas salieran de Roma.

En este par de años en exilio, Passaglia también acude a las universidades en Bélgica (Lovaina) y en Francia.

Éstos versan sobre diferentes asuntos, entre los que destacan sus reflexiones sobre el credo y sobre la Trinidad.

Es, precisamente, durante su retorno al Collegio Romano cuando Passaglia comienza a escribir sus obras teológicas donde madura su pensamiento.

El papa Pío IX, desde que fue electo como pontífice, tenía mucho interés por elevar a rango de Dogma la Inmaculada Concepción de María —esto es, que María nació sin la mancha del Pecado Original y por eso Cristo encarnó en su vientre—.

Se tituló De Immaculato Beatae Virginis Conceptu: An Dogmatico decreto definiri possit?, donde defendió que la definición era factible.

El papa leyó esta obra y la aplaudió, tras lo cual convocó una comisión de veinte teólogos para que votaran la definición del dogma.

[16]​ Entre 1850 y 1854, Pío IX consultó a tres teólogos para la redacción de la bula donde definiría el dogma.

Esta estrecha colaboración inspiró muy pronto rumores acerca de una posible relación homosexual entre ambos jesuitas.

Tenga cuidado de no dejar que otros motivos u otras autoridades lo prevengan, pues la Compañía está en su conciencia, y por esto usted deberá responder ante Dios.

Esto se hace por el amor que tengo para mi querida Compañía, Su Paternidad y todos sus hijos.

Lo exhorto, una vez más, envíe al desafortunado Passaglia y a su Compañero y a otros que se han ganado semejante corrección lejos de Roma, o traerán la ira de Dios sobre la Compañía.

El motivo oficial establecía que Schrader hablaba alemán, y por eso debía estar en un entorno germanoparlente.

[23]​ Passaglia al año siguiente quiso retomar su cátedra, pero lo asediaba un sentimiento de soledad.

Entre ellos estaban el catedrático de medicina, Carlo Maggiorani —un miembro del Comité Nacional Romano— y Giovanni Perusini.

A esto se oponía la Santa Sede, pues además los nacionalistas querían que su capital fuera Roma.

Ahí se planteó que el papa debería abandonar su poder temporal, pero, a cambio, podría conservar varios privilegios.

A partir de esta postura, todo ciudadano romano que apoyara al rey sería aprehendido.

Se giró una orden de aprehensión contra Diomede Pantaleoni, pero éste huyó a Turín.

En este opúsculo presentaba las firmas de 8,943 sacerdotes donde se pedía nuevamente que el papa renunciara al poder temporal.

Por estas actividades políticas, y por sus empeños en propagar ideas antitemporalistas, fue suspendido a divinis.

Publicó opúsculos como “Della scomunica; La questione dell’indipendenza ed unità d’Italia dinanzi al clero; Lo scisma non è una minaccia dei rivoluzionarii ma una giusta apprensione dei cattolici; Obbligo del vescovo di Roma e pontefice massimo di risiedere in Roma quantunque metropoli del regno italico”.

Cuando se proclamó la encíclica Quanta Cura, con su anexo, el Syllabus Errorum, donde se condenaban los “errores” de la “civilización moderna”, Passaglia publicó su Sopra l’Enciclica pubblicata il 22 dicembre 1864 e sopra le LXXX proposizioni il giorno medesimo condannate.

Se sabe que, entre 1867 y 1887, Passaglia redactó, al menos, seis cartas pidiendo la reconciliación.

[32]​ Los jerarcas de la Santa Sede no estaban dispuestos a reconciliarse con Passaglia hasta que éste afirmara su culpa total.

Detalle del fresco de Francesco Podesti , “Discussione del Dogma”, en la Salla dell’Immacolata Concezione en los Museos Vaticanos .