Syllabus

Dicha idea no fraguó, pero en 1850 el Papa encargó a la revista de los jesuitas La Civiltà Cattolica lanzar la idea para observar su grado de aceptación.

En julio de ese mismo año aparecía una carta pastoral del obispo de Perpiñán, O. Gerbet, quien elaboraba un listado condenando los errores del mundo moderno.

Esto agradó a Pío IX, que ordenó que se abandonara el esquema anterior y se comenzara a trabajar sobre la carta pastoral del obispo.

Proposiciones de la 1 a la 18: condena los errores relativos a la fe: panteísmo, naturalismo, racionalismo tanto absoluto como mitigado, indiferentismo, incompatibilidad entre la fe y la razón, etc.

Se subraya la libertad de la Iglesia, la subordinación del Estado a la moral cristiana y la existencia de derechos naturales anteriores al Estado e independientes del mismo.

Afirma que la historia testifica el hecho de que la Santa sede siempre ha sido protectora y patrona de la civilización genuina (es decir, cristiana).

Muchos gobiernos prohibieron su impresión, y la Santa Sede tuvo que explicar el alcance del Syllabus con la diferencia entre tesis e hipótesis: el Syllabus condena la tesis (ideología), lo cual no excluye que se dé como hipótesis en algunos lugares y circunstancias, de modo que si el Syllabus condena la libertad de culto esto no implica que en algunos lugares pueda ser adecuado establecer la libertad de culto.

La interpretación más autorizada del Syllabus la hizo León XIII, quien intentó llevar una línea complementaria a la de Pío IX, y que fue no tanto insistir en los errores modernos sino responder a los retos que estos planteaban.

[cita requerida] En respuesta a los planteamientos conciliadores del cardenal James Gibbons y el obispo John Ireland, el papa León XIII (sucesor de Pío IX) envió una carta al citado cardenal, condenando como herético el llamado americanismo.

Fotografía del papa Pío IX ( c . 1864 )