[1] Desde finales del siglo XIX hasta la década de 1960 se utilizaron equipos de personas, a menudo mujeres, para acometer cálculos largos y a veces tediosos.
El trabajo se solía dividir de forma que pudiera realizarse en paralelo.
En inglés, el término "computador" se usa con el mismo sentido desde principios del siglo XVII (la primera referencia escrita conocida data de 1613).
Esta tarea se organizó eficazmente por primera vez cuando el astrónomo francés Alexis Claude Clairaut (1713-1765) dividió el cálculo necesario para determinar el momento del regreso del cometa Halley con dos de sus colegas, Joseph Lalande y Nicole-Reine Lepaute.
[4] Entre los calculadores que trabajaron en el Almanaque Náutico para el Almirantazgo británico, figuran William Wales, Israel Lyons y Richard Dunthorne.
[7] Las mujeres eran generalmente excluidas de estas tareas, con algunas excepciones, como Mary Edwards, que trabajó desde 1780 hasta 1815 como una de las treinta y cinco computadoras del “Almanaque Náutico” británico utilizado para la navegación en alta mar.
[8] Otras innovaciones en computación humana incluyeron el trabajo realizado por un grupo de niños que trabajaban en la Sala Octagonal del Real Observatorio de Greenwich para el Astrónomo Real George Airy.
[25] Sin embargo, Pearson hizo crear una fórmula matemática que el comité pudo usar para determinar la correlación de los datos.
[27] Alice Lee era una de las calculadoras asalariadas que trabajaron con herramientas estadísticas como los histogramas y la distribución χ².
En algunos casos se necesitaron tablas con un alto grado de precisión para la navegación y la ingeniería.
Recibir y enviar de vuelta por correo paquetes con los cálculos permitía evitar estos obstáculos.
[31] Una aplicación visionaria a la meteorología se puede encontrar en el trabajo científico de Lewis Fry Richardson, quien en 1922 estimó que 64.000 personas podrían pronosticar el tiempo para todo el mundo mediante la resolución numérica de ecuaciones diferenciales primitivas.
[38] Las calculadoras humanas jugaron un papel destacado en el esfuerzo bélico de Segunda Guerra Mundial en los Estados Unidos.
El libro biográfico de Margot Lee Shetterly, Hidden Figures (convertido en la película del mismo título en 2016), muestra a las mujeres afroamericanas que sirvieron como computadoras humanas en la NASA realizando los cálculos necesarios para lanzar el cohete Mercury Atlas 6, la primera misión tripulada estadounidense situada en la órbita terrestre.
"[44] A medida que los ordenadores electrónicos se hicieron cada vez más frecuentes, las computadoras humanas, especialmente las mujeres, fueron seleccionadas como algunas de las primeras programadoras.