El material más utilizado sería restos morrénicos glaciares heterogéneos, que además de haberse demostrado científicamente mejores que la arena o arcilla puras, tenían la ventaja de ser ampliamente disponibles tanto en Holanda como con la simple limpieza del fondo del Zuiderzee.
El método de construcción fue esencialmente marítimo, con barcos que depositaban el material morrénico en dos líneas paralelas siguiendo el trazado previsto.
El espacio entre ellas era llenado con arena hasta que sobresalía sobre el nivel del mar, y entonces se recubría con una gruesa capa de material morrénico.
La construcción progresó más rápidamente de lo que estaba previsto; tres puntos del recorrido donde había profundos canales y donde las corrientes eran bastante fuertes no resultaron tan problemáticos como se esperaba.
Durante la ejecución, entre 4000 y 5000 obreros trabajaron continuamente, aliviando los problemas de desempleo que siguieron a la Gran Depresión.
En la época en que se realizó la construcción no había ordenadores, y, en general, los medios utilizados serían muy simples comparados con los disponibles hoy en día.