Puede ser una habilidad aislada (presente en personas con otras capacidades cognitivas limitadas, como Jedediah Buxton (1707-1772),[1] muy posiblemente autista) o estar ligada a una considerable inteligencia general (como Alexander Aitken (1895-1967), un brillante matemático).
En la actualidad, esta capacidad ha dado origen a un deporte mental, disputándose regularmente campeonatos oficialmente organizados.
[3] Al parecer, la aparición de este tipo de capacidades puede estar propiciada por una expansión del hemisferio cerebral derecho asociada con alguna causa que provoque un menor desarrollo del hemisferio izquierdo.
En cualquier caso, tanto los datos históricos como los actuales, indican que la capacidad de manejar grandes cifras es extraordinariamente rara.
[9] Aunque en todas las grandes civilizaciones antiguas (desde Egipto hasta China, pasando por Mesopotamia y la India) se manejaron operaciones numéricas con asiduidad, las primeras referencias documentales que pueden considerarse noticias de personas concretas posiblemente dotadas con una capacidad extraordinaria para manejar grandes cifras con facilidad, proceden del mundo grecorromano.
y Diofanto (200-284), cuyas obras demuestran sin lugar a dudas su capacidad para manejar cifras enormes, aunque no ha quedado constancia de la velocidad con la que podían hacerlo.
La caída del Imperio Romano supuso un declive en occidente del progreso general de las matemáticas, que sin embargo siguieron prosperando en la India y en el mundo árabe, con figuras como el indio Brahmagupta (590-665) o el árabe Al-Juarismi (780-846), que como en el caso de los matemáticos clásicos grecorromanos, a juzgar por sus trabajos, posiblemente debieron de poseer una habilidad innata para manejar grandes cifras.
Uno de los primeros ejemplos notables es el matemático inglés John Wallis (1616-1703), que ya desde su infancia mostró su habilidad como calculista, lo que le valió para adquirir fama como criptógrafo al ser capaz de descodificar un trascendental mensaje cifrado durante la Guerra Civil entre los realistas y los parlamentarios.
En el siglo XIX aparecen físicos y matemáticos de primerísima fila (como Ampère (1775-1836), Gauss (1777-1855), Hamilton (1805-1865) o Riemann (1826-1866); casi todos niños prodigio), junto con otros tipos de personas que pudieron sacar provecho de sus habilidades numéricas en sus empleos (como el ingeniero británico George Parker Bidder (1806-1878), el astrónomo estadounidense Truman Henry Safford (1836-1901) o el astrónomo alemán Johann Zacharias Dase (1824-1861)).
Tomohiro Iseda es el tercer japonés en ganar la Copa, después de Naofumi Ogasawara (2012) y Yuki Kimura (2016).
[18] El tamil indomalasio, Yaashwin Sarawanan, fue el subcampeón en 2019 del programa de televisión Asia's Got Talent.