Benito Cosculluela

Permaneció activo hasta su muerte en 1794, cuando continuó el negocio su hijo Miguel Ignacio de Cosculluela.Finalmente, desde 1789 la vivienda e imprenta están en un local de la plaza del Castillo con entrada también por la calle Estafeta.[3]​ En 1777 publica la primera edición castellana del Catecismo Romano, presentada en dos volúmenes en cuarto con más de mil páginas.La edición, que cuenta con el apoyo del obispo de Pamplona, se agota en dos años.El joven no sabe escribir, es huérfano y está al cargo de un familiar sacerdote.[6]​ En 1781 toma a Gabriel Gómez como «mancebo librero» (encuadernador) y cinco años más tarde aparece como aprendiz León Lorente, de 16 años, que vive en la casa de su patrón.Para esta institución imprimió multitud de impresos oficiales, como aranceles y otros papeles administrativos, con tiradas que podían llegar a los 10 000 ejemplares; ordenanzas municipales y sermones conmemorativos de acontecimientos relacionados con la familia real, con tiradas que oscilaban entre los doscientos y los ochocientos ejemplares.La catedral de Pamplona le encarga desde sus primeros años como librero el arreglo y encuadernación de los libros del coro y misales que, por su uso diario, necesitaban ser reparados con frecuencia.También atendió a la Diputación del Reino, tal y como sucedió en 1782, cuando hizo diversas encuadernaciones en pasta y pergamino por las que facturó 242 reales, aunque finalmente se redujeron a 218 porque la Diputación estaba en desacuerdo con la factura.Benito Cosculluela y José Longás son aragoneses que en Pamplona habían coincidido en la imprenta de Miguel Antonio Domech y que posteriormente se instalaron por su cuenta.Mantuvieron una buena relación personal y profesional, que al comienzo de su actividad como impresores los llevó a coeditar determinadas obras.El resto ofrece una presencia más modesta, que en orden decreciente va de la Historia al Derecho para terminar en las Ciencias.Pero al cabo de cuatro meses la disuelve sin problemas e inmediatamente constituye otra, ahora con dos socios solventes, los prósperos comerciantes de Pamplona Sebastián Aldaz y Esteban Espinal.[11]​ La edición ocupó 17 volúmenes en cuarto que sumaban más de ocho mil páginas.Además, se enviaron 50 juegos a Bogotá destinados al deán de la catedral.
Ordenanzas de la carnicería de Pamplona por Benito Cosculluela, "impresor y librero" (1775) [ 1 ]
Portada del Catecismo Romano con una xilografía a toda página (1777)
Novenario editado y puesto a la venta por los franciscanos de Logroño
Libro de meditación para los sacerdotes editado y puesto a la venta por Benito Cosculluela y José Longás (1779)
Primer tomo del Teatro Crítico Universal impreso en 1784