Una vez obtenida dicha matriz, puede repetirse la operación un número más o menos determinado de veces mientras no se gaste la plancha.[1] La técnica de grabado en cobre probablemente se usó por primera vez alrededor de 1420-1430 en la Alta Alemania, para imprimir naipes, mapas, letras versalitas o ilustraciones devotas decorativas.Hasta el siglo XVII no se empleó en masa en el mundo del libro español.Se le deben Los Caprichos, Los Desastres de la guerra, La Tauromaquia y Los Disparates.Las incisiones se pueden realizar con técnicas diferentes: Los resultados pueden ser muy diferentes según el método empleado, siendo el del buril el que goza de mayor prestigio y calidad en sus acabados, existiendo auténticos maestros de esta técnica.
Un grabador trabajando en una plancha de cobre.
Cristo en la cruz
(entre 1435 y 1455), del llamado Maestro de los Naipes alemán. Es la única calcografía que queda de una serie de cuatro sobre la Pasión de Cristo