La fuerza texana creció ligeramente con la llegada de refuerzos dirigidos eventualmente por los co-comandantes James Bowie y William Barret Travis.
Los defensores que no pudieron llegar a estos puntos fueron muertos por la caballería mexicana en su intento por escapar.
Al final, varios individuos no combatientes fueron enviados a Gonzáles para que corrieran la voz de la derrota texana.
[4] Texas se hallaba en ese entonces poblada, en gran parte, por inmigrantes de los Estados Unidos que estaban acostumbrados a un gobierno federalista y a amplios derechos individuales, por lo que hacían sentir su descontento por el desplazamiento de México hacia el centralismo.
[11] Los texanos derrotaron sistemáticamente a las tropas mexicanas que ya se encontraban en Texas.
[8] En este punto, en el ejército texano dominaban los recién llegados a la región, principalmente inmigrantes de los Estados Unidos.
Muchos colonos de Texas, aún no preparados para una larga campaña, volvieron a casa.
[24][25] El gobierno texano se encontraba en una agitación política en esos instantes, así que no pudo proporcionar mucha ayuda.
Houston no contaba con la cantidad de hombres necesarios para montar una defensa exitosa.
Poco después, Neill lo persuadió de que dicha ubicación guardaba una importancia estratégica notable.
[29] Además, Bowie escribió al gobierno provisional, solicitándole «hombres, dinero, rifles y pólvora para cañón».
Cinco días después, arribó un pequeño grupo de voluntarios, entre los cuales se encontraba Davy Crockett.
[29] Los voluntarios, que representaban una gran mayoría en la guarnición, no querían a Travis como su nuevo líder.
[31][32][33] Bowie era célebre por haber causado estragos en Béjar una ocasión en que se había embriagado, así que para mitigar el malestar provocado por tal acontecimiento, decidió compartir el mando militar con Travis.
Para entonces, ya circulaban varios rumores en torno a la inminente llegada de Santa Anna, sin embargo Travis optaba por ignorarlos.
[41] Travis estaba convencido de que el ejército mexicano no llegaría a Béjar hasta marzo del año próximo, pensando que aguardarían a la llegada de la temporada primaveral, cuando el clima no les resultara tan desfavorable.
[47][48] Ahí, se hallaban estacionados dragones al mando del general Joaquín Ramírez y Sesma, que habían llegado la tarde anterior.
[48] La siguiente noche, las tropas mexicanas acamparon en el arroyo León, a 8 millas (13 km) al poniente de Béjar.
[52] Aproximadamente una hora después, arribó a Béjar la primera parte de la caballería mexicana, comandada por el coronel José Vicente Miñón.
[58] Rápidamente, las tropas mexicanas levantaron una bandera de color rojo sangre, que significaba «sin cuartel»,[56] y poco después hicieron sonar una corneta como solicitud para parlamentar.
Dadas las circunstancias, Bowie y Travis se pusieron de acuerdo para volver a disparar el cañón mutuamente.
[62] Santa Anna envió también a la caballería del general Ventura Mora para que vigilara las zonas norte y este de El Álamo, y prevenir el arribo de refuerzos texanos.
[63] Según Edmondson, los texanos enviaron a un pequeño grupo para buscar comida y provisiones esa tarde.
Finalmente, Andrew Jackson Sowell y Boyd Lockhart salieron esa mañana para buscar provisiones, y al escuchar que El Álamo ya estaba sitiado, decidieron volver a sus casas en Gonzales.
Algunas fuentes estadounidenses hablan de hasta 900 muertos y heridos, una cifra muy elevada que se basa además en simples estimaciones, mientras que otras fuentes mexicanas las reducen a 60 muertos y 250 heridos, basándose en el parte de Santa Anna.
Este último dato tampoco parece fiable: parece que Santa Anna sólo se refería al asalto final, y es muy posible que redujera el número de bajas propias por motivos de propaganda.
[cita requerida] Santa Anna avanzó hacia el interior de Texas y dividió a sus fuerzas en varias columnas para derrotar definitivamente a las diversas fuerzas texanas e intentar capturar al gobierno provisional rebelde.
Aunque muchas veces se ha afirmado que la defensa debilitó a las tropas mexicanas y permitió que Houston reuniera fuerzas suficientes, lo cierto es que Santa Anna nunca anduvo escaso de tropas tras la batalla, y de hecho las dividió en varias columnas para poder avanzar con mayor rapidez y alcanzar varios objetivos simultáneos.
Sin embargo, él había ordenado la evacuación de la posición por considerarla indefendible (la orden no fue obedecida por Neill), y consideraba que acudiendo con su ejército a enfrentarse en campo abierto con un ejército superior en número y armamento sólo conseguiría la destrucción de sus tropas, y que lo mejor era evitar el enfrentamiento hasta vislumbrar una aceptable posibilidad de victoria.
[cita requerida] Otra versión dice que estaba de paso en San Antonio, se refugió en el fuerte ante la inminencia de la batalla y, al terminar ésta, junto con otros pidió clemencia, pero Santa Anna enseguida los mandó fusilar.