Mientras estaban fondeados en las Berlengas, los barcos ingleses fueron sorprendidos por los españoles, que capturaron uno de los navíos británicos y recuperaron mercancías robadas.
[5][6] Sir William Monson, que llegaría a ser almirante de la Marina Real Británica, era su segundo al mando.
[7] Los ingleses se hicieron con más piezas: un barco cargado de vino y dos con azúcar, que fueron enviados a Inglaterra.
[9] Aprovechando un mar calmado, las galeras españolas de remeros tomaron por sorpresa a los ingleses y tras una sangrienta lucha se hicieron con sus barcos.
[8] Monson estuvo varios meses remando como galeote en la galera de Leiva junto a otros cien prisioneros británicos.