La Liga Católica, el papa Sixto V y el rey Felipe II de España se negaron a reconocerlo como rey de Francia.
Los ingleses, como protestantes y enemigos de España por la guerra que había comenzado en 1585, apoyaron a Enrique de Navarra y enviaron tropas a Francia.
Poco tiempo después, otra escuadra inglesa compuesta por seis barcos (enviados por la reina Isabel I de Inglaterra a Burdeos para apoyar a los protestantes franceses), llegó a la batalla, y trataron de defender el convoy.
Después de intensos combates, los españoles salieron victoriosos en la batalla ya que varios de los navíos ingleses fueron seriamente dañados y tres más fueron capturados.
Para la carrera de Zubiaur fue un éxito que precedió a otros aún más importantes en sus batallas contra los ingleses, como la Batalla de Blaye en 1593 y la Batalla de Cornualles en 1595 lo que le dio fama en la época.