Batalla de Carmen Alto

Los bandos en disputa fueron las fuerzas revolucionarias o constitucionalistas del general Ramón Castilla y las directoriales o gobiernistas del general Manuel Ignacio de Vivanco, entonces Supremo Director de la República.

Vivanco, viendo que se complicaba su situación, marchó hacia Arequipa, donde contaba con partidarios.

Arequipa era adicta a su causa y se preparó para resistir el ataque de Castilla.

Castilla decidió entonces moverse por el flanco derecho del enemigo, pero las milicias locales estorbaron su avance, por lo que debió volver a Uchumayo.

La artillería, distribuida entre la segunda y tercera brigada, la dirigían los generales Lerzundi e Isidro Frisancho.

En dicha llanura se desplegó el ejército de Castilla, resguardado por los accidentes del terreno.

Desde Carmen Alto, hasta Cayma (donde se hallaban acantonados los vivanquistas) hay un descenso por andenes, más o menos extendido.

Carmen Alto es un pueblo tranquilo y rodeado de paisajes maravillosos, desde donde se divisa a distancia la ciudad de Arequipa (conocida tradicionalmente como la Ciudad Blanca) y la verde campiña en torno.

El fuego vivo que desataron sobre la línea castillista fue solo respondido por los nacionales de Tacna y Moquegua.

Finalmente, la segunda línea del ejército castillista (compuesta por los batallones Cuzco, Moquegua y Guías y las compañías de Pachía), entró en acción, junto con la caballería, que amenazó el flanco izquierdo de los vivanquistas.

Pero Vivanco no esperó la caída de la noche y ordenó a sus tropas sobrevivientes abandonar el campo.

Vivanco, que había acantonado a sus tropas en el panteón de la Apacheta, rechazó la oferta.

Llegó al Callao el 27 de julio, siendo apresado por Domingo Elías y desterrado a los pocos días.

Los arequipeños, que habían apoyado fervorosamente a Vivanco (como lo harían también en 1856-1858), aceptaron el nuevo orden de cosas, en vista que su caudillo no demostraba interés en seguir la lucha y más bien fugara abandonando a sus tropas.

Manuel Ignacio de Vivanco.
El mariscal Ramón Castilla.