Amor

Recíprocamente, también puede ocurrir que, en un ambiente egoísta, un comportamiento altruista se disfrace de egoísmo: Oskar Schindler proporcionó un buen ejemplo.Matthieu Ricard se sometió a un exhaustivo estudio mediante escáneres cerebrales bajo un estado especial de meditación en el que se genera un estado de amor y compasión puros y no enfocados hacia nada ni nadie en particular.En la misma línea, Sigmund Freud consideraba que todas las motivaciones humanas tenían un trasfondo libidinoso, y, por lo tanto, egoísta.Francia y Argentina son los dos países que más se resisten a abandonar la cultura del psicoanálisis.La flecha de Cupido también posee orígenes grecolatinos, y su influencia se hizo notar claramente en la poesía española desde la época medieval, aun sin la aparición del dios Amor.Los han representado tantos artistas que presentar la lista de estos sería poco útil, aunque entre los más conocidos se encuentran el escultor Donatello y el pintor Rafael; dos putti en actitud curiosa y relajada que aparecen a los pies de su Madonna Sixtina son reproducidos con frecuencia.Respecto al símbolo propiamente dicho, hay quien lo atribuye a una planta originaria del norte de África, conocida como silfio[37]​ (generalmente considerada un hinojo gigante extinto, aunque algunos afirman que la planta es realmente Ferula tingitana;[38]​ no confundir con el género actual Silphium).En un principio, las cartas eran simples, pero los victorianos hicieron que fuesen más elaboradas, empleando el símbolo del corazón en conjunción con cintas y lazos.El horóscopo, la adivinación, o la utilización de sustancias, objetos y rituales con cualidades pretendidamente mágicas o milagrosas, son, entre otras, creencias y prácticas que persisten desde la antigüedad, algunas de las cuales, como las religiones, están fuertemente arraigadas desde hace milenios (véase la sección Perspectiva espiritual en este mismo artículo).En ciertos casos, se llega al extremo de pensar que el amor en sí mismo beneficia a la planta.El ego no existe, y como consecuencia se pierden todos los elementos morbosos, que son sustituidos por sentimientos de pureza e inocencia.En la novela Las Nueve Revelaciones, James Redfield explica muchos de los fenómenos que se producen en el Cuarto Camino, incluyendo la aparición del amor real.El judaísmo emplea una definición amplia del amor, tanto entre personas como entre los seres humanos y la deidad.Los santos sufistas son tristemente célebres por estar «borrachos» debido a su amor divino; por lo tanto, es constante la referencia al vino en la poesía y la música sufís.[61]​[63]​ En otra azora aparecen estas palabras: «Y no te hemos enviado sino como misericordia para todos los mundos».El mundo experimentó tanto en las pasadas épocas como en las recientes muchos ejemplos de guerras que tuvieron lugar entre las tribus, los pueblos y las naciones.De la definición mencionada Spinoza extrae algunas conclusiones inmediatas, tales como los sentimientos que surgen hacia un tercero.Esta segunda etapa es inusualmente prolongada en el ser humano frente a otras especies (hasta 18 meses).Las investigaciones han indicado que esta etapa generalmente termina al cabo de un año y medio a tres años.[89]​ Tras las etapas de lujuria y atracción, es necesaria una tercera etapa para establecer relaciones a largo plazo: 3) El cariño o apego, lazo afectivo de larga duración que permite la continuidad del vínculo entre la pareja, regulado por la oxitocina y la vasopresina, que también afectan al circuito cerebral del placer; su duración es indeterminada (puede prolongarse toda la vida).En cuanto a la pasión, ambos sexos presentan el mismo grado, pero en los hombres se ha descubierto una mayor actividad en una pequeña región cerebral asociada con la integración de los estímulos visuales.Y actualmente las mujeres recuerdan cosas como lo que había dicho su pareja el último día de San Valentín, o su comportamiento con anterioridad.Pero cuando nos enamoramos, pasamos a ser realmente posesivos, algo que en la comunidad científica llaman «vigilancia de la pareja».Por ello, el amor romántico es un arma de doble filo, pues, dependiendo del desenlace de la relación, puede derivar en una gran felicidad o una gran tristeza, la cual a su vez puede llevar, en casos extremos, al suicidio o al asesinato.Así pues, recomienda proceder ante el amor de la misma forma que lo haríamos para aprender cualquier otro arte, como la música, la pintura, la carpintería o la medicina.La palabra española «amor» puede tener múltiples significados, aunque relacionados, distintos entre sí dependiendo del contexto.No obstante, una vez al año, todas las urracas del mundo, aves místicas en la cultura china, se compadecen de ellos y vuelan hasta el cielo para formar un puente (chino: 鵲橋, Que Qiao, «el puente de las urracas») sobre la estrella Deneb en la constelación del Cisne, para que los amantes puedan reunirse por una sola noche, en la séptima noche de la séptima luna, el día del amor en China.La historia presenta algunas variaciones más: En el budismo japonés, ai (愛) es un amor de cariño pasional, y un deseo fundamental.Sin embargo, con el griego (al igual que con muchos otros idiomas) ha sido históricamente difícil separar totalmente los significados de estas palabras.Los turcos usaban esta palabra solamente para sus amores en un sentido romántico o sexual, que indicasen un enorme encaprichamiento.
«El amor de los jóvenes no está en el corazón, sino en los ojos ».
William Shakespeare . Pintura de Frank Dicksee (1884).
Representación simplificada de la teoría de Dawkins acerca del «egoísmo» de la información genética. Todos los genes, como unidades de supervivencia, son en sí mismos «egoístas», compitiendo entre sí y con los de otros individuos. Una vez alcanzado cierto grado de organización durante el proceso evolutivo de las especies, la información genética que produzca un fenotipo egoísta será a la larga autodestructiva a nivel del grupo humano, mientras que la que produzca un fenotipo altruista (de egoísmo altruista a nivel de gen) facilitará la supervivencia de dicha información. Con los genes actuando irracionalmente, y bajo la «ley natural del más fuerte», se producirá inevitablemente una supremacía del «gen de egoísmo altruista». El intercambio de la reproducción sexual a su vez repartirá dicha información genética entre toda la población. [ 6 ]
Trabajadora humanitaria medicando a un niño en Léogâne ( Haití ), tras el terremoto .
Matthieu Ricard en el Foro Económico Mundial de 2009.
Según Deleuze y Guattari, el capitalismo deshumaniza.
Admiration maternelle («Admiración maternal», 1869). Óleo de William-Adolphe Bouguereau .
Amor fraterno (figurillas prehispánicas de barro, 250-900 d. C.). Pueblos indígenas del Centro de Veracruz. Museo de Antropología de Xalapa, México.
Representación del amor
( erastés y erómeno , siglo V a. C.).
Cupido en la página 708 de la revista Die Gartenlaube ( El cenador , Leipzig , 1894).
Templo del Amor , que resguarda en su interior una estatua de Cupido. Petit Trianon , Francia.
Forma de la vaina de silfio según su representación en monedas de Cirene del siglo VII a. C.
Primer diseño del Sagrado Corazón de Jesús (Santa Margarita María Alacoque).
El conocido y peculiar corazón actual.
Mapa de las religiones predominantes en el mundo.
Courtship ( Cortejo ). Óleo sobre lienzo de Edmund Blair Leighton , 1903.
Pareja de perros en «situación amorosa».
Pareja ante el mar durante una puesta de sol . La naturaleza constituye un poderoso inspirador del amor.
Cuento de hadas , Toronto .
Escultura análoga a la escultura de arte pop LOVE de Robert Indiana (1977) que sustituye la palabra « love » por אהבה aḥavá , en el Museo de Israel .
La Virgen y su hijo , de Isaac Oliver (f. 1617). Aparecen la Virgen y su hijo representados con rasgos europeos y con la aureola de santos.
Los siete chakras . El cuarto es el del corazón.
Base química del amor; visión general simplista.
Noonday heat («Calor del mediodía», 1902). Pintura de Henry Scott Tuke .
Le sommeil («El sueño», 1866). Óleo sobre lienzo de Gustave Courbet .
El carácter chino para el amor (愛) consiste en un corazón (en medio) dentro de «aceptar», «sentir» o «percibir» que muestra una emoción llena de gracia.
Agnolo Bronzino , Alegoría del triunfo de Venus , hacia 1540-1545. Londres, The National Gallery. El amor representado por los dos dioses acompañados por los «celos» (centro-izquierda), el «engaño» (centro-derecha), la «necedad» (arriba a la izquierda) y el «tiempo» (arriba a la derecha).