Pasado algún tiempo unas personas que transitaban por este lugar al amanecer, escucharon cánticos misteriosos que salían de dicha cueva, estos sorprendidos llamaron a más personas, las cuales llegaron a este sitio, encontrándose la imagen del Amo Jesús en perfectas condiciones.
Por disposición eclesiástica del obispo de Popayán Carlos Bermúdez y Pinzón[7] en el año 1886 se ordena que las imágenes de El Tambo y Puelenje sean cambiadas, hecho que causa inconformidad social entre los habitantes del El Tambo.
La imagen es una talla de cuerpo completo hecha para vestir, sus manos, piernas, cabeza, cuello, y parte del pecho son policromados.
Está hecha en madera y su forma articulada le permite ponerla en cualquier posición es decir de pie o sentado.
Cuyas características fisionómicas, estéticas e iconográficas son muy relacionadas con una devoción cristológica ampliamente difundida por la Iglesia Católica denominada como Jesús Nazareno en los entonces territorios del Virreinato del Perú, Gobernación de Quito y la zona centro sur de la Gobernación de Popayán durante el siglo XVII.Devoción es impulsada principalmente para catequizar y apoyar la doctrina en las comunidades indígenas que tenían relación o descendencia con los Incas.
[9] Dicho trono está ubicado en el camarín del altar mayor sosteniendo al Amo Jesús donde permanece gran parte del año salvo durante las festividades patronales, como varias tallas alusivas a las devociones de la iglesia católica en el suroccidente colombiano.
La fiesta patronal se celebra en el mes de agosto cuando por las veredas y corregimientos pertenecientes a El Tambo como Piagua, donde se realiza una rogativa en torno a la quincenario, por lo que una réplica del Amo Jesús procesiona por las diferentes poblaciones denotando la gran devoción que recibe la imagen por la feligresía.