Este idioma surgió en el siglo XVIII como una evolución natural del antiguo tupinambá amazónico, una antigua rama dialectal de la familia tupí-guaraní, que se extendía por toda la región desde Marañón, en la costa de Brasil, y en Paraguay antes del contacto con los europeos, y que siguió siendo extensivamente usada por los colonizadores en la época colonial portuguesa.
[1][2] Se originó en el éxodo del pueblo tupinambá que, huyendo de los conquistadores portugueses del litoral bahiano, entraron al Amazonas y se asentaron primero en Marañón, de donde salieron para ir a la bahía de Guajará (Belém),[3] donde se encuentra la desembocadura del río Tapajós, y finalmente llegar a la isla fluvial Tupinambarana, en la frontera entre Pará y Amazonas.
El idioma de los tupinambás, al pertenecer a un pueblo temido y conquistador, se convirtió en la lengua franca que, al estar en contacto con las lenguas de sus pueblos conquistados, comenzó a diferenciaciarse.
[4] Ya conquistado el Amazonas por los portugueses desde el 1600 y habiendo establecido una colonia al comienzo del siglo XVII, en el estado del Gran Pará y Marañón, cuya capital (Belém) fue nombrada Ciudad de los Tupinambás (Tupinãbá marií), los sacerdotes que apuntaban al catecismo en este idioma elaboraron la gramática y la ortografía, lo que resultó en la lengua general septentrional o lengua yeral amazónica, cuyo desarrollo tomó lugar de forma paralela al de la lengua yeral paulista (hoy en día extinta).
Después del contacto europeo, hubo mucho intercambio cultural y comercial, y los hombres europeos buscaron mujeres locales y formaron familias, produciendo mestizos que hablarían su lengua materna, que es el precursor ahora extinto del ñeꞌengatú llamado tupinambá (también conocido como brasílico o tupí costero).
Los europeos también aprendieron este idioma para actuar como intermediarios, y el tupinambá pasó a ser utilizado en Brasil después de que los portugueses se establecieron definitivamente en las nuevas tierras.
Las obras lingüísticas más conocidas del siglo XVI y principios del XVII son el Arte da Gramática da Língua mais usada na costa do Brasil por el padre José de Anchieta (1595) y el Arte da Língua Brasilica de Luis Figueira (1621).
El Amazonas se estableció como la segunda colonia portuguesa a principios del siglo XVII.
De esta forma, la lengua hablada por los indígenas, el tupí antiguo, conocido entonces como "lengua brasílica", fue absorbida por la sociedad colonial, llegando a ser utilizada no solo por indígenas y jesuitas, sino también por muchos portugueses y esclavos africanos.
La llamada "língua geral" fue llevada por los portugueses en la conquista del territorio brasileño, imponiéndose a los pueblos indígenas que hablaban otros idiomas.Durante los siglos XVI y XVII el ñeꞌengatu fue conocido también como língua brasílica o brasiliano.
A mediados del siglo XVIII, la lengua general amazónica se utilizó en todo el territorio.
[11] Moore (2014) señala que, a mediados del siglo XVIII, la lengua general amazónica y el tupinambá ya eran distintos.
Los esfuerzos por comunicarse entre comunidades dieron como resultado la "corrupción" del idioma, de ahí la distinción entre tupinambá y la lengua general amazónica.
Hubo un impulso activo por parte de los colonizadores para incrementar la presencia portuguesa: se erradicaron los pueblos de toda la Amazonía y se hizo un esfuerzo por reemplazar la lengua general amazónica por el portugués.
También se publicaron documentos lingüísticos durante este período, debido al creciente interés en el ñeꞌengatú.
Hay ocho categorías gramaticales en ñeꞌengatú: sustantivos, verbos, adjetivos, adverbios, posposiciones, pronombres, demostrativos y partículas.
[1] Estas ocho categorías también se reflejan en Fonologia e Gramática do Nheengatú de Cruz (2011).
Bajo lexicogénesis verbal, Cruz cubre la valencia, la reduplicación y los préstamos del portugués.
[16][17] El idioma ha recuperado recientemente cierto reconocimiento y prominencia después de haber sido suprimido durante muchos años.
[18][19] El profesor Navarro escribió un libro de texto para la enseñanza del ñeꞌengatú que Tupi Aqui pone a disposición, junto con otros materiales didácticos, en un sitio web alojado por la USP.
Con el tiempo, se han utilizado varias convenciones para escribir ñeꞌengatú basándose en el alfabeto latino y según las reglas portuguesas, utilizando grafías como "nh"; "c"; "ç", "ce", "ci"; "que", "qui"; "h" muda; "n" al final de una sílaba como marca de nasalización; "u" e "i" se usan indistintamente como vocales y semivocales; etc.
De esta forma, los dialectos yẽgatu, tradicional y tapajoawara obtuvieron sus propias ortografías.
Lo mismo sucedió con el ñeꞌengatú tradicional hablado en la Baja Amazonía, donde los maraguá, mura y parte del pueblo sateré-mawé formalizar su propia grafía ligada al tradicionalismo al que estaban acostumbrados a escribir.
Así, se redactó el Dicionário e estudo da Língua Nheengatu tradicional,[24] que enfatiza el habla y la escritura antiguas, no tan diferentes de las obras de Stradelli o Barbosa Rodrigues.
Se han realizado estudios en cada etapa de su evolución, pero mucho se ha centrado en cómo han cambiado aspectos del ñeꞌengatú, como la gramática o la fonología, a través del contacto externo a lo largo de los años.
Cruz (2014) también estudia en detalle la reduplicación del ñeꞌengatú, así como la fisión morfológica en construcciones bitransitivas.
Lima y Sirvana (2017) proporcionan un estudio sociolingüístico de ñeꞌengatú en la comunidad Pisasu Sarusawa del pueblo baré, en Manaos (Amazonas).
Generalmente, las palabras tomadas por otros idiomas son nombres de frutas, alimentos, plantas y animales que se usan hoy en día en Brasil.