Para muchos seguidores de su teoría, es "la persona que más reflexionó sobre el cine en la Argentina, y su teórico más lúcido, original e influyente, fiel a su pensamiento y alejado de cualquier moda.
[1]" De Faretta, el crítico cinematográfico y guionista Fernando Regueira escribió:
Faretta cursó sus estudios primarios y secundarios con los padres escolapios en el colegio Calasanz de Caballito.
Reconoce en su formación a una serie de maestros particulares y anónimos, como Horacio Álvarez Boero, erudito en cine clásico norteamericano.
Sobre el último, comenta: "Cuando charlamos con Samuel Fuller, éste lo mira fijamente y le dice: "Horacio, ¿cuántos años viviste en Hollywood sin que te conociera?".
Y los bares, los guindados, las whiskerías como la que Tania tenía frente al teatro Cervantes... Como repito desde ya tantos años: "quien no haya vivido en la Argentina, en el Buenos Aires de esos años no conocerá nunca lo que es la dulzura de vivir".
Es imposible desde hace siglos ir hacia algo llamado historia como si fuera un fósil que nos espera a nosotros en estado de animación suspendida para que por un acto de magia libresca lo hagamos vivo una vez más.
Claro que se trataba de entender no sólo cómo el cine era cine, sino también a aquello y aquellos que necesariamente se le oponen.
Una vez establecido eso, había que ir desde el presente hacia pasado, en flash back, De allí hemos tratado sobre el melodrama en “La pasión manda”, y luego sobre la poética del tango argentino, sobre el simbolismo de la nave, y sobre el mitologema del doble que son los libros siguientes ya terminados o a punto de serlo".
Los textos allí publicados fueron luego recopilados en el libro "Espíritu de Simetría".
Debió cerrarla 6 años después, y se dedicó a dar clases particulares.
La bilocación de la mujer en creada en el siglo XIX por la mentalidad liberal (madre-santa-esposa / puta).
Intenta ser un relato del origen de la Argentina y al mismo tiempo una novela iniciática.
Este libro, como así también El Saber del cuatro, forma parte de una saga escrita a lo largo de los años, compuesta por relatos, nouvelles y novelas sobre la historia argentina vista, o mejor dicho refractada, por el modo fantástico.
Mediante capítulos que pueden leerse como relatos unitarios, ejerce un realismo distanciado, donde lo mítico y hermético de sus dos libros narrativos anteriores se reconfigura en un mimético bajo, pero evitando el pozo negro del costumbrismo.
En los últimos años ha publicado mucha de su obra poética, así como diversas traducciones de poetas (Horacio, Sexto Propercio, Catulo, Ariosto, Leopardi, Baudelaire, el al) en el blog dirigido por el poeta Jorge Aulicino, “otra iglesia es imposible”.
Confundida intencionalmente con “cultura popular”, para darle un carácter menor, derogativo o infantil.
Es el recurso mediante el cual las formas tradicionales, simbólicas y mitopoéticas se mantienen mediante reconfiguraciones y metamorfosis operativas de los datos tradicionales, nombre que da a la metafísica.
Para ello ha creado un sendero hermenéutico que comienza con la más actual de estas reconfiguraciones, a la que ha llamado “el concepto del cine”, para ir luego hacia las configuraciones anteriores: el melodrama, la fantástica, así como también la ficción policial (que Faretta ha llamado “ficción criminal”), así como a las formas simbólicas de la poesía y la representación desde el romanticismo alemán hasta el simbolismo francés.
La influencia en su pensamiento del filósofo italiano Giambatista Vico ha sido fundamental.
Estos conceptos se extienden polémicamente en el volumen “La pasión manda, de la condición y la representación melodramáticas”.
Centrándose en su origen formal en el renacimiento, avanzando luego hacia el thriller decimonónico, tanto en su vertiente criminal como fantástica, llega hasta su representación y formalización extrema en el concepto del cine, centrándose en la obra de Douglas Sirk, pero incursionando también en la ópera y en la así llamada “música ligera” italiana, como en el tango argentino y el bolero centroamericano.
Sosteniendo que estas reducciones “sansulpicianas” hicieron que se diera un giro teológico donde este pensar y representar se desplazara hacia formas poéticas y dramáticas que dieran lugar a la fantástica, tanto narrativa, como poética, teatral y pictórica, sintetizadas luego en el concepto del cine.
“Banalizacion del mal” (aquí en modo totalmente polémico contra la repetida afirmación de Hannah Arendt, sobre “la banalidad del mal”) y “Terrenalización del infierno” (aquí apoyándose en parte en las investigaciones teológico-estéticas de Hans Sedlmayr, aunque no participando de todas sus conclusiones) Luego en “Nota conjunta sobre Hugo del Carril y el melodrama” -largo ensayo incluido tanto en “Cinco films argentinos”, como “La cosa en cine.
Aquí a la interpretación simbólica de su puesta en escena y estructura se dilata en su significación histórico-política, así como en sus derivas anímico-espirituales.
Hermenéutica para este autor -que es lo mismo que interpretación simbólica cuanto formal estructural-, no puede hacerse, so pena de hundirse a sí misma, separando lo formal de su significado.
2 – Introducción al cine fantástico: Donde el autor analiza 3 films del género.
Aquí mediante capítulos que pueden leerse como relatos unitarios, ejerce un realismo distanciado, donde lo mítico y hermético de sus dos libros narrativos anteriores se reconfigura en un mimético bajo, pero evitando el pozo negro del costumbrismo, según ha declarado (*) En cuanto al elemento de unión entre ambas novelas, ha dicho “Ese elemento es la Argentina como nacimiento mítico en Tempestad y asalto y su declive en lo real-histórico en “Viajeros que huyen”