Martín de Álzaga
Organizó un grupo de conspiradores, el que se unió a otros que tuvieron el mismo objetivo, formados también por poderosos comerciantes, como Anselmo Sáenz Valiente y Juan Martín de Pueyrredón.El general invasor William Carr Beresford había ordenado el secuestro de todas las armas en poder de particulares, pero Álzaga era especialista en su contrabando, por lo que pudo reunir centenares e instalar talleres para su reparación.De inmediato, Álzaga convocó un cabildo abierto que consiguió desplazar del mando militar al virrey Rafael de Sobremonte —que pasó a Liniers— e impedirle su entrada a Buenos Aires.Pero la flota inglesa no había abandonado el Río de la Plata, y pronto llegaron refuerzos, al mando del general John Whitelocke.Álzaga simplemente ordenó el arresto del virrey y su reemplazo por Liniers, como interino.Los ingleses atacaron el 5 de julio, dándole otra ventaja: marcharon divididos en trece columnas, que fueron derrotadas por separado.Al mediodía del 7 de julio, los ingleses se rindieron y evacuaron la ciudad.Liniers y Álzaga eran los héroes de las Invasiones Inglesas pero pronto entraron en conflicto, tanto por el pésimo gobierno del virrey, como por el hecho de que aquel era francés y España había entrado en guerra con Napoleón Bonaparte.Tenía muy buenas relaciones con el virrey Elío, que estaba en Montevideo en 1811, pero se quedó sin nada al año siguiente.Buenos Aires estaba escasa de tropas, mayormente enviadas al Ejército del Norte, por lo que la situación era delicada.Durante las investigaciones, el secretario del Triunvirato Bernardino Rivadavia, basado en pruebas y confesiones extremadamente sospechosas, extendió la acusación a Álzaga y a un extenso grupo de partidarios.En realidad, caben serias dudas de que la conspiración fuera siquiera real.[cita requerida] En total, fueron ejecutados más de treinta hombres, incluidos jefes militares, frailes y comerciantes, cuyos bienes fueron expropiados.