Koinonía
Entre la Iglesias orientales se distinguen diversas agrupaciones, con ritos y tradiciones propias: bizantina, copta, maronita, armenia, siriaca, caldea, entre otras.En Bizancio los Padres permanecieron siempre vivos; a ellos se hacía referencia en todas las cuestiones teológicas.Bizancio no conoció una escolástica en sentido occidental, y si bien le llegaron algunas ideas del Renacimiento humanístico, éstas no conquistaron más que algunos filósofos aislados, sin poder incidir nunca en profundidad en la teología de la Iglesia, que permaneció genuinamente patrística.Por lo que en, un primer momento, fueron traducidos al griego los compendios escolásticos de la dogmática adoptada en Rusia.Cuando a finales del siglo XV, Rusia se liberó de los tártaros, el factor unificante fue la ortodoxia.Entre los principales teólogos de las emigraciones podemos recordar: Nicolás Afanassieff (1893-1966); Sergéi Bulgákov (1871-1945); Georges Florovski (1893-1986); Vladimir Lossky (1903-1958); Jean Meyendorff (1926)...En una línea que, desde fines del siglo II, adquiere contornos precisos al tiempo de San León (s. V).Viene expresada con gran fuerza en el siglo IX (Nicolás I, Juan VIII) y en siglo XI (León IX, Nicolás II, Gregorio VII), encontrando las reacciones respectivamente de Focio y de Miguel Cerulario.El pueblo debía estar bajo un pastor visible, que tuviese la autoridad suprema de alcance universal.En síntesis, la eclesiología universalista occidental ha permanecido sorda frente a los reclamos que le venían de su misma vida interior.El resultado fue la progresiva no comprensión del significado ecuménico del obispo de Roma, que se radicalizó cuando este último comenzó a "galanear" en torno al reino de los francos.A partir del siglo XIV los eslavos traducen "katholikén" con «sobornuiu», indicando catolicidad, es decir, universalidad.Khomiakov rechaza las interpretaciones tradicionales (universalidad geográfica; gobierno democrático o colegial; adhesión a una verdad definida por un concilio ecuménico) y propone la de «unanimidad libre».Möller (Symbolik 1832) para quien la Iglesia no es principalmente una organización social jerárquica sino un «organismo viviente».Para él la Iglesia es a la vez Cuerpo místico y sociedad jerárquica Alcanzando recién cierta oficialidad en la Mystici Corporis de Pío XII (1943).Y encontrando su síntesis más elaborada (aunque no sin ambigüedades) recién en el Concilio Vaticano II (1962-1965).La misma Iglesia católica no quedó insensible al influjo de esta corriente eclesiológica.[4] Las estructuras en la Iglesia antigua toman su forma según la dinámica de la simultaneidad entre el "uno" y los "muchos".Es la dinámica-base desde la cual se desarrollan las diferentes tradiciones oriental y occidental del 2.º milenio.La unidad profunda que liga a un obispo con su comunidad es una realidad dinámica, en la cual confluyen dos movimientos: Mientras que en occidente la caída del imperio permitió a la Iglesia conquistar y reforzar gradualmente su libertad, en oriente no fue posible, no obstante las protestas de Basilio, Crisóstomo, Flaviano, más tarde, Máximo el Confesor, Ignacio y el mismo Focio.Para este, el rol de la Iglesia es intervenir ante Dios en favor del Estado.Muchos se preguntaron cómo le podía suceder una cosa así a la «ciudad imperial del imperio ortodoxo, tan amada por Dios».La idea teocrática bizantina era considerada todavía válida, pero ahora en contra de la misma Bizancio.Una prueba es la fragmentación de la ortodoxia en muchas Iglesia "autónomas" y "autocéfalas": fenómeno que no pertenece, excepto Chipre, a la tradición antigua.El resorte que ha hecho saltar la actual fragmentación ha sido la reaparición del "nacionalismo" (siglos XVIII-XIX), que ha llevado las varias Iglesias nacionales a considerar la autocefalía como madurez eclesiástica (así: Rusia (1448), Georgia (1811), Grecia (1833), Serbia (1879), Rumania (1885), Bulgaria (1872), Checoslovaquia (1951).Algunas como Rusia (1589), Serbia (1920), Rumania (1923), Bulgaria (1961), habrían de reconocer el propio rango patriarcal.La praxis sinodal provincial entró en crisis en el siglo V y no logró remontar más de modo satisfactorio.En esta situación, emergieron los metropolitas-sinkellos que gozaban del derecho de representar a los otros metropolitas en el sínodo.Cuando, en ocasión de acontecimientos extraordinarios, participaban en los trabajos otros metropolitas o patriarcas, el sínodo permanente se reconstituía ocasionalmente como sínodo endemousa, el último de los cuales fue celebrado en 1872.Según Yves Congar la idea de colegialidad episcopal está casi ausente en la Iglesia occidental desde el siglo XI hasta el XV, provocada dicha ausencia -según él- por: Comienza a retomar vigor la idea de colegialidad, a partir del: Comunidad Carismática Católica de Alianza Koinonía Hechos 2.42-47 Tj.