La coherencia espacial se corresponde con la capacidad de un haz para permanecer con un pequeño tamaño al transmitirse por el vacío en largas distancias y la coherencia temporal se relaciona con la capacidad para concentrar la emisión en un rango espectral muy estrecho.
[2][3] Por este motivo, Townes y Arthur Leonard Schawlow también son considerados inventores del láser, el cual patentaron en 1960.
Pocos meses después se comienza a comercializar el disco compacto, donde un haz láser de baja potencia «lee» los datos codificados en forma de pequeños orificios (puntos y rayas) sobre un disco óptico con una cara reflectante.
En 1984, la tecnología desarrollada comienza a usarse en el campo del almacenamiento masivo de datos.
En 1994, en el Reino Unido, se utiliza por primera vez la tecnología láser en cinemómetros para detectar conductores con exceso de velocidad.
[4] Dos años después el escáner láser permite al Museo Británico efectuar exhibiciones virtuales.
Para poder amplificar la luz, este medio activo necesita un cierto aporte de energía, llamada comúnmente bombeo.
La cavidad óptica resonante, conocida también como cavidad láser, existe en la gran mayoría de los dispositivos láser y sirve para mantener la luz circulando a través del medio activo el mayor número de veces posible.
Estos espejos pueden ser planos o con determinada curvatura, que cambia su régimen de estabilidad.
Otros láser como los construidos en microcavidades ópticas[8] emplean fenómenos como la reflexión total interna para confinar la luz sin utilizar espejos.
Para que el medio activo pueda amplificar la radiación, es necesario excitar sus niveles electrónicos o vibracionales de alguna manera.
Desde el nivel metaestable 4F3/2 pueden desexcitarse espontáneamente algunos electrones que producen una emisión de luz a 1 064 nm.
Aunque los semiconductores son también de estado sólido, se suelen tomar en una categoría diferente.