Amplificador óptico

Típicamente, las longitudes de onda de bombeo son 980 nm o 1480 nm y para obtener los mejores resultados en cuanto a ruido se refiere, debe realizarse en la misma dirección que la señal.

Las principales ventajas que presentan estos dispositivos son: Y sus más destacados inconvenientes son: Los amplificadores ópticos de semiconductor tienen una estructura similar a un láser Fabry-Perot salvo por la presencia de un antireflectante en los extremos.

El antireflectante incluye un recubrimiento antirreflejos y una guía de onda cortada en ángulo para evitar que la estructura se comporte como un láser.

Con esto se consigue que esté más poblada la banda de conducción que la de valencia, logrando así una transmisiones desde esta banda de conducción a la de valencia para obtener la emisión estimulada, que básicamente es que se genera un nuevo fotón con la misma frecuencia y fase del fotón que inició el proceso y, al ocurrir eso tendremos dos fotones idénticos, pues el primer fotón no se extingue, logrando así la amplificación de la señal.

Podría ser menos caro que un EDFA y puede ser integrado con otros dispositivos (láseres, moduladores...).

Para alta potencia de salida, se utilizan amplificadores ópticos con estructura cónica.

[2]​ Estos dispositivos se basan en amplificar la señal óptica mediante el efecto Raman.

De esta forma, la fibra convencional ya instalada puede ser usada como medio con ganancia para la amplificación Raman.

Es más habitual el bombeo contradireccional para evitar la amplificación de las componentes no lineales.

Diagrama esquemático de un amplificador de fibra dopada.