Posteriormente el tambor entra en contacto con el papel, impregnando de polvo las zonas correspondientes.
Para finalizar se fija la tinta al papel mediante una doble acción de presión y calor.
Posteriormente el cilindro es bañado por un polvo muy fino de color negro, el cual posee carga positiva y por lo tanto es adherido a las partes que se encuentran con carga negativa en el cilindro.
En seguida, esta imagen formada en el tambor es transferida al papel por medio de una carga negativa mayor a la que posee el cilindro; esta carga es producida por otra corona denominada de transferencia.
Para regresar al estado inicial, el tóner restante en el cilindro es limpiado por medio de una lámina plástica y al mismo tiempo se incide luz sobre el cilindro para dejarlo completamente descargado.
Estas impresoras son más caras y complejas que las monocromáticas, pero ofrecen mejores resultados para imprimir gráficos e imágenes.
Algunas de las sustancias tóxicas y/o cancerígenas que pueden estar presentes en el tóner son: benceno,[4] etilbenceno, tolueno, 1,2-diclorobenceno,1,4-diclorobenceno, trimetilbenceno, estireno, o-xileno, tricloroetileno, acetona, acentofenona, acetato de butilo, butanol, 2-etil-1-hexanol, formaldehído, hexanal, dodecano, hexadecano y pentalmetilheptano.