Pneuma

Pneuma (πνεῦμα) es una palabra del griego antiguo que inicialmente significa "respiración", y que en contextos religiosos pasa a significar "espíritu" (spiritus en latín); concepto equivalente o diferenciado, según el caso, al de "alma" (ψυχή psique en griego -que inicialmente significaba "aliento de vida"-,[1]​ anima en latín), y en cualquier caso diferenciado o incluso opuesto al de "cuerpo" (σὠμα soma en griego, corpus en latín).

[6]​ En la medicina griega antigua, pneuma es la forma en que circula el elemento aire, necesario para el funcionamiento sistémico de los órganos vitales.

[9]​ El pneuma symphyton ("pneuma connato" o "congénito") de Aristóteles (Sobre la respiración -Περὶ πνεύματος Peri neúmatos en griego, De spiritu en latín-) es el "aire" móvil y cálido que en el esperma transmite la capacidad para la locomoción y ciertas sensaciones a la descendencia.

Estos movimientos derivan del alma (psique) de los padres y son encarnados por el pneuma como una sustancia material en el semen.

Como el fuego, este "espíritu inteligente" se imaginaba como una tenue sustancia parecida al aire común o a la respiración, pero que esencialmente posee la cualidad del calor; es inmanente en el universo como Dios, y en el hombre como alma y principio que da la vida.

[13]​ En el uso que le da al término griego el judaísmo y el cristianismo (traducción helenística de la Biblia hebrea -lladada Septuaginta- y el Nuevo Testamento, en su mayor parte escrito directamente en griego), pneuma es equivalente a "espíritu"; aunque no siempre: así por ejemplo, en las traducciones de Juan 3:5-8, pneuma se traduce, según el contexto, por "viento" o por "espíritu" (wind, spirit -en la clásica traducción inglesa de la King James-):