Jozef Tiso

Estudiante brillante y formado en el mejor seminario húngaro de la época, ascendió rápidamente en la jerarquía católica.[1]​ Sucedió a Andrej Hlinka al frente del partido en 1938, cuando Eslovaquia obtuvo la autonomía.[1]​ En 1939, tras la proclamación de la independencia, el Parlamento eslovaco lo eligió presidente por unanimidad, cargo que desempeñó durante los cinco años siguientes.[2]​ Arrestado tras el final de la guerra, fue juzgado por colaboración con el enemigo, traición y crímenes contra la humanidad.[6]​ Los dos eran eslovacos[5]​ y no hablaban húngaro, como la mayoría de la población del condado, fundamentalmente rural.[5]​ Jozef era el segundo de los siete hermanos que sobrevivieron a la infancia: tres varones y cuatro mujeres.[8]​ Cursó la escuela secundaria en el instituto escolapio de Nitra,[7]​ becado merced a sus buenas notas, ya como seminarista.[9]​ En este nuevamente destacó, tanto por su capacidad intelectual como por su industria; el último año, ocupaba ya el más alto puesto estudiantil del seminario.[13]​[7]​ En la primera, la más pobre, en la que pasó diez meses mientras preparaba su tesis doctoral, colaboró en la organización de un sindicato campesino.[14]​ En esta época, participó en una serie de actividades organizativas, fundamentalmente contra los negocios judíos en la región.[16]​ Al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914, sirvió como capellán militar del 71.º Regimiento de Trencsén.[17]​ En octubre, aquejado de nefritis, abandonó el frente para tratarse en un balneario en su región natal.[18]​[20]​ El obispo de Nitra le otorgó dos destacados puestos en la localidad (director del seminario diocesano y profesor de religión en su antiguo instituto), lo que le permitió volver a ella en seguida y ser licenciado del Ejército.[23]​ De 1921 a 1924, sirvió como secretario del obispo y profesor en el mencionado seminario.[31]​ Durante los siguientes tres años, marcados por la Gran Depresión —en la región, la producción se redujo un 40 % y el paro afectó a un tercio de la población—, Tiso trató infructuosamente de que el PPE volviese al Gobierno, al tiempo que intentaba hacerse con las riendas del partido.[33]​ Para tratar de resolver la grave crisis económica, propugnó nuevas inversiones estatales en infraestructuras y colaboró con otros partidos, si bien con escaso efecto.[34]​ Por entonces, el PPE defendía un sistema estatal copiado del antiguo Compromiso austrohúngaro, en el que Eslovaquia obtuviese una amplia autonomía, compartiese solo algunos ministerios con el resto del país, y primasen los eslovacos sobre el resto de grupos culturales de la región.[35]​ Frustrado en su actividad parlamentaria, el partido emprendió entonces acciones fuera de las Cortes, que en algunos casos le reportaron cierta notoriedad.[41]​ Bajo estas circunstancias, Tiso habló por teléfono con el presidente checoslovaco Emil Hácha y el primer ministro de Eslovaquia, Karol Sidor, quienes acordaron convocar al Parlamento eslovaco el día siguiente.El Partido del Pueblo Eslovaco funcionó como la única organización política legal en Eslovaquia.Tiso permitió al ejército alemán utilizar territorio eslovaco en el ataque a Polonia.La política interna de la república se convirtió en un continuo tira y afloja entre ambos grupos.[44]​ Mientras que las dos primeras eran parte de la tradición eslovaca, las últimas eran adaptaciones del exterior a la nueva situación.Sin embargo, documentos referentes al holocausto en Eslovaquia[46]​ prueban que este consintió las deportaciones y cooperó con los alemanes.[45]​ El consejero alemán para la «cuestión judía» declaró tras la guerra que existía un plan para empobrecer a los judíos y crear así un problema económico y social que se resolviese mediante la deportación.[45]​.En cuanto a la petición explícita de los rabinos eslovacos para que se evitase la deportación fue desoída.[45]​ Además, el régimen nazi había solicitado el envío de 20,000 jóvenes judíos aptos para tareas laborales; Tiso aceptó, esperando que a cambio pudieran retornar al paía los más de cien mil trabajadores eslovacos residentes en Alemania.El Vaticano llamó dos veces al embajador eslovaco para preguntar qué estaba pasando en Eslovaquia.[56]​ Ante estas protestas y ante la primera derrota alemana en Rusia, Eslovaquia se convirtió en el primer estado títere de Hitler en detener las deportaciones.Cuando en 1943 surgieron rumores de nuevas deportaciones, el Nuncio apostólico en Estambul, Angelo Roncalli (más tarde Papa Juan XXIII) y el citado arzobispo Burzio presionaron a la Santa Sede para que interviniera en términos más fuertes, así el episcopado eslovaco emitió una carta pastoral condenando el totalitarismo y el antisemitismo.
La casa natal de Jozef Tiso en Nagybittse (la moderna Bytča ).
Fronteras de la República Eslovaca durante la Segunda Guerra Mundial, tras el Primer Arbitraje de Viena (en gris, la frontera eslovaca moderna, en el siglo XXI ).
Tropas rebeldes haciendo una parada en un pueblo, 1944