Hlinka se graduó en teología en Spišská Kapitula (Szepeskáptalan) y fue ordenado sacerdote en 1889.
[1] Más tarde, cuando vio que el partido no prestaba ninguna atención a las peticiones de los nacionalistas de las minorías, fundó el Partido Popular Eslovaco junto con František Skyčák en 1912.
[2][1] Su apoyo a las reivindicaciones nacionalistas eslovacas se enfrentaban a las opiniones opuestas de la jerarquía eclesiástica así como con el régimen húngaro, que estaba llevando a cabo una intensa campaña de magiarización de las minorías (integración forzada en la cultura magiar), así que Hlinka fue perseguido por ambos.
El propio Hlinka declaró:[6][7] Dos días antes, se había proclamado la república checoslovaca en Praga, acontecimiento que los firmantes desconocían.
[8] En ella se afirmaba que, en el nuevo Estado checoslovaco, Eslovaquia gozaría de una amplia autonomía (parlamento propio, idioma oficial, tribunales...).
[9] En agosto, decidió presentarse ante la Conferencia de Paz para defender la autonomía eslovaca.
[14] Como no había infringido ninguna ley (la Constitución, centralista, se aprobó más adelante, en febrero de 1920), las autoridades acabaron liberándolo sin juicio.
[16] La postura valiente de Hlinka al enfrentarse a las autoridades, a diferencia de sus compañeros de viaje que prefirieron huir al extranjero, le granjeó un apoyo popular en Eslovaquia que duró hasta su muerte y que pronto se mostró en las elecciones al Parlamento, donde resultó elegido a pesar de haber sido retenido en Praga para que no pudiera participar en la campaña electoral.
Masaryk, primer presidente de Checoslovaquia, intentó por varios medios desligarse del acuerdo.
Hlinka mantuvo también conversaciones con Milan Hodža del Partido Agrario Eslovaco que no fructificaron por la insistencia de Hlinka de crear un Parlamento con capacidad legislativa para Eslovaquia.
Condenado por ambos cargos, Hlinka retiró al partido del gobierno como protesta días de las elecciones e insistió en incluir a Tuka como candidato.
UU. trajeron a Europa el documento original del acuerdo, para la celebración del vigésimo aniversario, y Hlinka, ante una multitud congregada en Bratislava (5 de junio de 1938) reclamó al gobierno el cumplimiento del mismo (según su interpretación) como había prometido el difunto presidente Masaryk.
[24] Sin designar sucesor político para su partido, aunque inclinándose por el candidato extremista,[26] a su fallecimiento se desencadenó una lucha entre los sectores más radicales (Sidor) y los más tradicionalistas del partido (Tiso).