Gerard Manley Hopkins

Gerard Manley Hopkins nació en una familia de fuerte carácter religioso e interesada en el arte.

Desde sus primeros años escolares Hopkins ya mostró su sensibilidad y talento para la poesía, ganando incluso un premio poético.

Entre sus maestros se encontraban Walter Pater y Benjamín Jowett, de quienes recibiría una gran influencia.

Durante sus estudios en el Balliol comenzó a darse a conocer como un poeta prolífico y un hombre sociable, pero parece que se alarmó con los cambios experimentados en su conducta, y se volvió más reconcentrado, detallando sus «pecados» en su diario personal.

De todas formas, volvería a escribir poesía unos siete u ocho años después.

Gracias a ello, cuatro o cinco años más tarde se decidió a ir publicando algunos poemas de su amigo en diversas antologías, aunque no sería hasta 1918 cuando Bridges publicaría un libro que recogía casi la obra poética completa.

UU. Entre los traductores al español de Gerard Manley Hopkins, se encuentran José Julio Cabanillas, licenciado en Historia, cuyas traducciones están en su libro Poemas del año 2003; José Antonio Muñoz Rojas, poeta español; Carlos Pujol, poeta y novelista español, en Poesía (2000); José Ángel Valente, que recoge algunas traducciones de poemas de Hopkins en su libro Cuaderno de versiones del año 2002; Alberto Girri, poeta argentino, cuyas traducciones fueron publicadas en Versiones en 1984, y el poeta español Antonio Rivero Taravillo, en su volumen El mar y la alondra (2011).

[2]​ En 1958, Ángel Martínez Baigorri traduce en México el Halcón del viento (Librería de Manuel Porrúa).

[3]​ Sus imágenes pueden resultar simples, como en Heaven-Haven, donde se compara una monja entrando a un convento con un barco atracando en un puerto después de una tormenta.

Algunos de sus poemas, tales como The Bugler's First Communion y Epithalamion, contienen un trasunto erótico homosexual.

Pater fue el tutor de Hopkins en sus preparativos para los exámenes Greats, convirtiéndose luego en un gran amigo suyo.

Otra poderosa influencia en su obra fue la lengua galesa que aprendió mientras estudiaba Teología en el St.

Este uso frecuente de palabras homófonas con significados similares implica que sus poemas se entienden mejor si son recitados en voz alta.

Así, los pies no deben tener más de una sílaba fuerte, aunque sí puede haber varias débiles.

Con ello Hopkins pretendía conseguir una imitación del habla natural: algunos autores posteriores, como Rubén Darío o Arthur Waley, escribieron algún que otro poema basado en esta técnica.

Gracias a esto Hopkins alcanza un ritmo musical capaz de imitar el lenguaje hablado por escrito.

Hopkins usó ese estilo de una forma menos satírica en su That nature is a heraclitean fire.

Este poema es uno de los muchos en los que el poeta experimenta con variaciones del soneto tradicional.

Fue en esta época cuando ejercieron sobre Hopkins dos claras influencias: La primera fue del movimiento inglés conocido como Prerrafaelismo, gracias a su tutor Walter Pater, cuya meta era expresar sentimientos auténticos y sinceros a través de la pintura, la escultura y la poesía tomando como base la Naturaleza.

Con este influjo, Hopkins obtiene una percepción de la belleza como algo puro e ideal.

Dichos impulsos parecen haber adoptado un grado característico después de que Robert Bridges le presentara, en el año 1865, a su primo lejano, amigo y camarada, Digby Mackworth Dolben, ya que Hopkins se sintió atraído por el joven uranista,[6]​ cuya poesía representaba a Cristo como un amante pederasta y su muerte como una consumación de la relación.

Por su parte, el académico francés Pierre Emmanuel fue extensamente influido por la obra literaria de Friedrich Hölderlin, Thomas Hardy y Hopkins.

A este último le dedicó un poema (extraído de su libro Orphiques): Console, ô Mort, mon cœur sans ombre et seul, soleil profond, frappant d'aplomb la chair.

Otro de los autores del siglo XX que se vieron realmente influidos por Hopkins fue el poeta y ensayista inglés nacionalizado estadounidense W.H.

Asimismo, tuvo cierta importancia en la evolución en otros poetas como Seamus Heaney, Ezra Pound y John Berryman.

Walter J. Ong, por su parte, hizo unas aportaciones personales sobre la literatura de Hopkins en un libro denominado Hopkins, the Self, and God; y una tesis sobre el sprung rhythm anteriormente citado en la poesía del autor inglés, titulado An Ong Reader.

Su aportación musical es muy marginal, ya que el «Grove Dictionary of Music and Musicians» no le dedica, pese a ser británico, ninguna entrada.

Gerard Manley Hopkins cuando joven.
Cementerio de Glasnevin.
Robert Bridges.
Gerard Manley Hopkins a la edad de 30 años, 1874.
Balliol College, Universidad de Oxford.
Manuscrito de una pieza musical, Fallen Rain (silent fell the rain) , compuesta por Gerard Manley Hopkins y letra de su amigo Canon Dixon. Cortesía de François Nicolas, compositor francés .