Brazil

Para mantener el tono exótico, el título no se tradujo o adaptó en la mayoría de los países (incluido Brasil).El director, Terry Gilliam, se refirió a esta película como la segunda en una «trilogía de la imaginación», formada además por Time Bandits (1981) y por Las aventuras del barón Munchausen (1988).[10]​ Las tres mantienen como tema común la lucha por la imaginación y la libertad de pensamiento en un mundo que se opone a dichas ideas.Sam le confiesa torpemente su amor a Jill, y provocan el caos mientras escapan de los agentes del gobierno.Sam regresa a casa y descubre que los dos trabajadores de Servicios Centrales han recuperado su apartamento.Sam falsifica los registros del gobierno para indicar su muerte, lo que le permite escapar de la persecución.Los dos comparten una noche romántica juntos, pero por la mañana son detenidos por el gobierno a punta de pistola.Sam descubre que su madre ahora se parece a Jill y está demasiado ocupada siendo adulada por los jóvenes como para preocuparse por la difícil situación de su hijo.Sin embargo, este "final feliz" es una ilusión: se revela que Sam todavía está atado a la silla de tortura.El director Terry Gilliam se refirió a esta película como la segunda de una trilogía formada por Time Bandits (1981) y Las aventuras del Barón Munchausen (1988).Las tres mantienen como tema común la lucha por la imaginación y la libertad de pensamiento en un mundo que se opone a dichas ideas.La película posee una importante riqueza visual presentando una visión inusual del futuro y con imágenes oníricas que admiten diferentes interpretaciones.La distopía en la que se desarrolla la acción está situada "en algún lugar del siglo XX" ("Somewhere in the 20th Century") y la imaginería visual mezcla elementos de muchas décadas de dicho siglo, lo que contribuye a crear una atmósfera irreal.Y según se aclara, La manera más eficaz de alejar a un fontanero estatal es solicitarle un documento impreso 27B/6.Poco después, en otra escena, podemos ver como la chica, en segundo plano, se deja examinar las orejas por otro personaje.