No obstante, a nivel artístico, quedó bajo la influencia del helenismo griego, lo que puede observarse con más claridad en el Templo de Artemisa.
La expansión de Trajano, que fortalece los límites del Imperio, asigna a Dura Europos un nuevo papel como ciudad fronteriza, siendo conquistada por la Legio III Cirenaica, en cuyo honor se levantó un arco triunfal.
Son también significativos los hallazgos que han permitido conocer textos en lengua parta.
Unos frescos con temáticas de religiones orientales ya habían sido descubiertos en 1919 por una guarnición militar inglesa.
En 1933 se descubrió una capilla cristiana con frescos datada en el año 230,[2] la más antigua conocida,[1] cuyo baptisterio fue casi inmediatamente trasladado a la Universidad de Yale.
Dado que la ciudad fue abandonada tras el año 256, las pinturas resultaron de especial relevancia para la historia del arte paleocristiano.