De aquella época se reconoce a sí misma: rebelde, maleducada y egocéntrica; incómoda en su entorno familiar.Estos trabajos la llevaron a la que ella considera obra maestra de 1928: The Cell in Development and Heredity (La célula en el desarrollo y la herencia), escrita por E. B. Wilson.Lovelock la presentó en unas jornadas científicas sobre los orígenes de la vida en la Tierra celebradas en Princeton, New Jersey, en 1969.Según él mismo, los únicos que se interesaron por ella fueron Lars Gunnar Sillen y Lyn Margulis.[19] Margulis mantuvo que «Toda especie modifica su entorno en mayor o menor medida para optimizar su tasa de producción.[21] Durante décadas, Margulis junto a Lovelock trabajó para que la hipótesis Gaia venciese las resistencias de sus detractores.[30][15] Desde 1967, año en el que publicara su artículo "On the origin of mitosing cells", Margulis desarrolló una intensa actividad llevando a cabo trabajos de laboratorio y de campo, dando conferencias, asistiendo a simposios, publicando libros y artículos.[g] Con motivo de su fallecimiento, se multiplicaron los obituarios de científicos, universidades, principalmente las que tuvieron una estrecha relación con ella, alumnos y prensa especializada y generalista en los que se destacaban sus logros científicos, así como su calidad humana.Cita a Robert Hazen del Instituto Carnegie para la Ciencia que considera este hecho: «Un momento clave en la biología moderna».[48] Su pensamiento evolucionista no encajaba en el paradigma establecido en su tiempo: «En la mente de muchas personas, ella pasó por alto los poderes fácticos y llevó sus teorías directamente al público, lo que molestó a todos.[54] La recepción del artículo, firmado por una recién llegada al evolucionismo, contradiciendo fundamentos del neodarwinismo, supuso un rechazo frontal, necesitando una década para ser admitido en parte, tomado como un hecho puntual que bien podría asimilarse al paradigma neodarwiniano.[55] "On the Origin of Mitosing Cells" fue el origen de todo su trabajo científico.[i]Sin este paso, sin la complejidad que adquirieron las células eucariotas, sin la división de trabajo entre membranas y orgánulos presente en estas células, no habrían sido posibles ulteriores pasos como la aparición de los organismos pluricelulares.[l] Estos trabajos permanecieron olvidados hasta que Margulis, intuyendo igualmente el origen simbiótico de las eucariotas, los rescató y se apoyó en ellos para formular su teoría simbiogenética.[65][q][r] No obstante, Margulis siguió defendiendo el origen simbiótico del núcleo y la motilidad de las celular eucariotas, manteniendo a las espiroquetas como sus responsables.Ahora hemos obtenido cada paso, y eso es noticia.» Actualmente (2024), la mayor oposición a la teoría se encuentra en la intervención de espiroquetas en los procesos simbióticos.No obstante, se impone el origen simbiótico del núcleo, aunque existan, al menos, 20 diferentes versiones que afectan a los simbiontes en concreto y al orden en el que se dieron las distintas incorporaciones.Esta se explica desde el darwinismo mediante la metáfora de las cuñas, donde se representa a la naturaleza como una superficie limitada que, cuando está completa, al insertar una cuña (una nueva especie o un nuevo individuo) desplaza otra.Margulis hace hincapié en la capacidad de la propia vida para modificar el ambiente y generar nuevos recursos.Más adelante, se daría otra pequeña mejora en el mismo sentido que la anterior, producto de otro error genético, que proporcionaría al individuo otra pequeña ventaja y así sucesivamente hasta llegar al actual estado del órgano de la vista.[v] Postula que diferentes bacterias con capacidad fotosensible, presentes y detectables en la naturaleza, pudieron iniciar una relación parasitaria con el individuo infectado y, con el tiempo, este individuo lograría sacar provecho de esa especialidad de su parásito.También, Maynard Smith, en su libro Ocho hitos de la evolución se enfrenta a la visión simbiogenética de Margulis: Cabe señalar que Margulis nunca ha cuestionado la selección natural (solo el importante rol que da a las mutaciones).La hipótesis Gaia ecológica postula que las condiciones de la Tierra se han visto modificadas por la propia vida.El potencial biótico no se alcanza, salvo por períodos muy cortos de tiempo bajo condiciones ambientales extremadamente permisivas»; negándole así un carácter creativo.[ab][ac] Margulis considera que la síntesis evolutiva moderna (neodarwinismo) otorga al genoma la cualidad de entidad fundamental en la evolución, con los errores producidos en su replicación como el origen principal de los cambios que conducen a dicha evolución.Margulis niega tal capacidad al genoma y otorga el protagonismo a los organismos.Sus libros escritos en solitario, en colaboración con Dorion Sagan (su hijo) y con otros distinguidos científicos fueron sumándose en número a esta labor.Sin duda estamos de acuerdo en que los cambios aleatorios heredables, o mutaciones genéticas, ocurren.La existencia de proteínas alteradas, cuyo origen puede remontarse a mutaciones genéticas en organismos vivos, ha quedado ampliamente demostrada.Incluso los biólogos evolucionistas profesionales tienen serias dificultades para encontrar mutaciones, ya sean inducidas experimentalmente o espontáneas, que contribuyan de forma positiva al cambio evolutivo.
Variedad surgida de las células eucariotas.
Lynn Margulis en el simposio internacional celebrado en la
Fundación Ramón Areces
, en Madrid (noviembre de 2009).