Corriente en chorro

[1]​ En la Tierra, según la Organización Meteorológica Mundial,[2]​ una corriente en chorro es «una fuerte y estrecha corriente de aire concentrada a lo largo de un eje casi horizontal en la alta troposfera o en la estratosfera, caracterizada por una fuerte cizalladura vertical y horizontal del viento.

Existe una quinta corriente en chorro, la ecuatorial, que se desplaza de este a oeste.

Las corrientes en chorro están causadas por una combinación de la rotación del planeta sobre su eje y el calentamiento atmosférico debido a la radiación solar y, en algunos planetas, entre los cuales no se encuentra la Tierra, el calor interno.

Tras la erupción del volcán Krakatoa en 1883 los observadores del clima rastrearon y mapearon durante varios años los efectos de la erupción, llamando al fenómeno «corriente ecuatorial de humo».

[4]​[5]​ En los años 20 del siglo XX un meteorólogo japonés, Wasaburo Oishi,[6]​ detectó la corriente en chorro desde un lugar cercano al Monte Fuji y la estudió mediante globos de los que habitualmente se usan para determinar vientos en altitud.

[9]​ Está acreditado que el meteorólogo Heinrich Seilkopf acuñó en 1939 el término «Strahlströmung» (literalmente «corriente en chorro») para describir el fenómeno (el término alemán moderno es «Strahlstrom»),[10]​ si bien muchas fuentes atribuyen la comprensión del funcionamiento de la corriente en chorro a que en vuelos realizados durante la II Guerra Mundial los pilotos aliados notificaron la existencia de vientos de cola superiores a los 160 kilómetros por hora en los trayectos realizados entre Estados Unidos y Gran Bretaña.

El plan tuvo escaso éxito, pero muestra que para entonces en Japón ya eran conocidos los efectos de la corriente en chorro.

En ambos hemisferios las corrientes se forman cerca de la tropopausa, una capa de la atmósfera terrestre que en el ecuador se encuentra a mayor altitud que en los polos y en la cual ocurren importantes variaciones en las condiciones atmosféricas.

[17]​ La corriente en chorro es normalmente continua a lo largo de grandes distancias, pero es común que existan discontinuidades.

Los chorros polares y subtropicales pueden llegar a fusionarse, si lo normal es que permanezcan separados.

[23]​[24]​ Los vientos son en general más fuertes en la tropopausa (excepto durante los tornados, los huracanes u otras situaciones análogas).

A partir de ambos equilibrios, geostrófico e hidrostático, se deriva el viento térmico: el viento horizontal es proporcional al gradiente horizontal de temperatura.

Los pilotos deben cerciorarse, por el contrario, antes de emprender un vuelo, de que no encontrarán en su ruta una corriente a chorro que sople en contra, pues además de aumentar considerablemente el consumo de combustible podría tener graves consecuencias, como un accidente aunque hay que tener en cuenta que ello sería muy difícil ya que el efecto de la enorme velocidad del viento se ve compensado en gran parte por lo tenue y poco denso del aire a gran altura.

Sucede entonces que, si la curvatura es muy grande, se desgaja una parte del frente frío que se encuentra del otro lado de la corriente, generándose un fenómeno similar a la gota fría.

y en Canadá, por ejemplo, el tiempo para volar al este a través del continente puede bajar cerca de 30 min si la aeronave de ala fija puede «montarse» en la corriente en chorro viniendo del este o por el contrario, viniendo del oeste, aprovechar por completo la mayor ventaja de su velocidad.

En 2008, las observaciones confirmaron que, entre 1979 y 2001, la corriente en chorro del norte se desplazó hacia el norte a un ritmo medio de 2,01 kilómetros al año, con una tendencia similar en la corriente en chorro del hemisferio sur.

Los científicos han planteado la hipótesis de que la corriente en chorro también se debilite gradualmente como consecuencia del calentamiento global.

Tendencias como la disminución del hielo marino ártico, la reducción de la capa de nieve, los patrones de evapotranspiración y otras anomalías meteorológicas han provocado que el Ártico se caliente más rápido que otras partes del globo, en lo que se conoce como la amplificación ártica.

En 2021-2022, se descubrió que, desde 1979, el calentamiento dentro del círculo polar ártico ha sido casi cuatro veces más rápido que la media global, y algunos puntos calientes de la zona del mar de Barents se calentaron hasta siete veces más rápido que la media global.

[28]​[29]​ La hipótesis anterior está estrechamente relacionada con Jennifer Francis, que la propuso por primera vez en un artículo de 2012 escrito conjuntamente con Stephen J. Vavrus.

Sin embargo, una revisión de 2012 en el Journal of the Atmospheric Sciences señaló que "se ha producido un cambio significativo en el estado medio del vórtice a lo largo del siglo XXI, dando lugar a un vórtice más débil y perturbado", lo que contradecía los resultados de la modelización pero encajaba con la hipótesis de Francis-Vavrus.

Por lo tanto, las continuas emisiones que atrapan el calor favorecen una mayor formación de fenómenos extremos causados por condiciones meteorológicas prolongadas.

En 2017, Francis explicó sus hallazgos a Scientific American: "Mucho más vapor de agua está siendo transportado hacia el norte por grandes oscilaciones en la corriente en chorro.

El vapor es una parte importante de la historia de la amplificación, una razón importante por la que el Ártico se está calentando más rápido que cualquier otro lugar".

La corriente en chorro polar puede viajar a velocidades superiores a los 180 kilómetros por hora. En la imagen los vientos más rápidos están representados en rojo, y los más lentos en azul
Nubes uniéndose a una corriente en chorro sobre Canadá .
La corriente en chorro circula en la zona más alta de la troposfera de oeste a este en ambos hemisferios. En el hemisferio norte tiene una longitud de 1000 a 9000 kilómetros, un espesor vertical de 1 a 5 kilómetros y una anchura de varios cientos de kilómetros
Configuración general de las corrientes en chorro polar y subtropical
Sección de las corrientes en chorro polar y subtropical
Ilustración idealizada de la circulación general atmosférica. Las corrientes en chorro tienden a fluir latitudinalmente a lo largo de los bordes de las células
Hexágono de Saturno
Vuelos a y de Tokio - Los Ángeles aprovechando corriente en chorro del borde este, y la ruta en gran círculo del oeste
Evolución de los meandros de la corriente en chorro del hemisferio norte (a), (b); al final, una gota de aire frío se separa (c). Naranja: masa de aire caliente; rosa: corriente en chorro; azul: aire frío