Peter O'Toole

No obstante, en cierta ocasión fue interrogado por un oficial de la Armada sobre su verdadera vocación, y O'Toole contestó que le encantaría ser poeta o actor.

[5]​ O'Toole recuerda a este grupo como «la clase más sobresaliente que la Academia haya tenido, aun cuando no fuéramos reconocidos sino mucho tiempo después».

O'Toole siempre demostró gran capacidad para internarse en la psicología de los más complicados personajes, aportando un elemento histriónico que constituye a la vez su principal virtud y su mayor defecto.

Pero es indiscutible su gran registro emotivo y su talento para expresar los vaivenes emocionales de personajes sumamente complejos (e incluso interiormente torturados) tanto en drama como en comedia.

Pero es sin duda su interpretación de Lawrence de Arabia (1962), el célebre y controvertido héroe inglés que luchó en el frente turco durante la Primera Guerra Mundial, la que marcó un hito no solo en su novel carrera cinematográfica sino en la historia del cine.

En consecuencia, O'Toole acostumbraba dar rienda suelta a su propio humor durante los descansos entre filmaciones.

Dado que su páncreas resultó gravemente afectado, pasó a convertirse en dependiente de la insulina.

Incluso estuvo nominado para el Premio Razzie (antítesis del Óscar), por la peor actuación en 1984, por su papel en Supergirl.

Tras varios papeles alimenticios en películas comerciales, O'Toole recuperó auge con El último emperador, de Bernardo Bertolucci, y participó en la superproducción Troya, protagonizada por Brad Pitt.

Entabló amistad con la estrella estadounidense Rose McGowan tras trabajar juntos en el filme de 1998 Phantoms.

O'Toole fue nominado ocho veces al Óscar, sin éxito, por: Lawrence de Arabia (1962), Becket (1964), El león en invierno (1968), Adiós, Mr.

O'Toole como Lawrence de Arabia.
Imagen publicitaria para Lawrence de Arabia (1962).