[2] Cultivado desde inicios del Virreinato (siglo xvi), ha evolucionado y pasado por varias etapas hasta llegar a ser el yaraví actual.
Este género proviene de la fusión de dos culturas musicales: la inca, la cual aportó el género Jarawi, y la hispánica, que los criollos rebautizaron como Yaraví, mezclándola con la trova española del siglo xvi que llevaron los conquistadores españoles.
Se caracteriza por ser de canto melancólico cuya temática fundamental es la fatalidad y la tragedia que revela una eminente queja por el amor perdido o no correspondido.
Yaraví es una deformación castellanizada de la palabra quechua “jarawi” o “harawi” que significa “poema”.
El “Yaraví” primitivo, entonces “jarawi” o “harawi”, hasta la llegada de los conquistadores en el siglo XVI, no era un género musical, ni literario, era más bien una expresión espontánea de tristeza que se manifestaba con ayes y lamentos.
En la actualidad aún superviven algunos Jarawis que han terminado por asociarse con la música litúrgica andina, como el APU YAYA JESUCRISTRO, o el APU TAYTAYKU, canciones de mucho sentimiento cantadas en toda la serranía, no solo del Perú, sino de Bolivia y Argentina.