[4] Las principales imágenes que se veneran corresponden a la ubicada en el altar de la Parroquia del Sagrario, que fue tallada en Francia en el siglo XIX, y otra que se encuentra en el altar mayor del Templo Votivo de Maipú, tallada en Quito en 1765.
Debido a la presencia del mar Mediterráneo y las relaciones interculturales entre Europa y la región Palestina, la devoción se extendió por Europa gracias a la Orden de las Carmelitas.
[7] Existen algunas controversias acerca del año en que llegó la Virgen del Carmen a Chile debido a la inexactitud, la extensión territorial y las diversas metodologías de evangelización que se desarrollaron durante el período de la conquista en el país.
Algunas fuentes indican que los misioneros agustinos la introdujeron en 1595,[1] mientras que otras fuentes sitúan el hecho casi cien años más tarde, en 1680,[2] pero a pesar de esta contradicción, no hay duda de que se introdujo la devoción gracias a los agustinos.
[12] La victoria definitiva ocurrió el 5 de abril en los llanos de Maipú, donde el Ejército Libertador y las fuerzas chilenas lograron derrotar al ejército realista para proclamar la independencia del país.
[14] Durante el conflicto entre Chile, Bolivia y Perú, los soldados chilenos se encomendaban a la Virgen del Carmen, tanto los oficiales del ejército como los soldados.
La mayor parte de la tropa que participó en las diversas fases de la guerra llevaban consigo el escapulario del Carmen, al igual que la población civil.
[9] Uno de los casos notables de su uso fue protagonizado por Arturo Prat, quien días antes del combate naval de Iquique, le escribió a su tía que en la noche del embarque en la Esmeralda los marinos recibieron cada uno el escapulario del Carmen para la protección en la batalla.
En el texto se declaró: «a la Bienaventurada Virgen del Monte Carmelo, Patrona Principal de toda la República Chilena, concediéndole todos los privilegios y honores que a los principales patronos de los lugares por derecho competen».
Este acto fue presidido por monseñor Benedetto Aloisi Masella, especialmente enviado por el papa para la ocasión.
Ante esto, se pasó a denominar este domingo como «Día de Oración por Chile».
[26] El 18 de abril de 2008, un indigente identificado como Patricio Alejandro Castro Parada volcó una vela, lo que causó un gran destrozo y a su vez se desató gran revuelo en el mundo católico.
[29] Esta imagen venerada actualmente en la Parroquia del Sagrario, es la que trajo desde París a Copiapó el empresario minero y Alcalde de esa ciudad Don José Ramón de Ossa y Mercado en 1828.