Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy

Aun así, y quizá precisamente por su cuidada extravagancia, Tristram Shandy ha venido a considerarse como una de las mejores novelas cómicas en lengua inglesa, y como una predecesora, en cuanto a estilo, de muchas novelas modernas.Fue citada por Arthur Schopenhauer como una de las cuatro mejores novelas jamás escritas, junto con Wilhelm Meister, La Nouvelle Heloïse y Don Quijote.[1]​ La publicación de la novela se vio truncada por el fallecimiento del propio autor en 1768.Así, aunque tras nueve volúmenes el agotamiento de la obra es patente, se ha supuesto, en parte por la correspondencia del propio Sterne, que este pensaba retomar la obra en algún momento, y que, por ende, está inacabada.Además, el autor ni tan siquiera se esfuerza por buscar la mímesis con lo real, que va a romper en diversos puntos al incluir reflexiones respecto a la gráfica del texto (cambios de tipos, una página en negro...), opiniones propias, apóstrofes al lector (apelará al lector llamándolo «buena gente», «señor», «señora», «milord»; incluso ofrece una página en blanco para que el lector pinte un retrato de su amada), réplicas a críticas contemporáneas, burlas...El léxico puede ser, no obstante, muy técnico y ajeno al lector común, sobre todo en aspectos tan concretos como la ingeniería militar o la teología.[5]​ Algunos investigadores como Vaughan sostienen que las posibilidades formales que Tristram Shandy descubrió fueron aprovechadas por obras tan disímiles como Oliver Twist de Charles Dickens o Los miserables de Victor Hugo en el siglo XIX.[7]​ Pero los alcances de Tristram Shandy no se limitan a las obras escritas en su misma lengua sino que ha tenido un impacto considerable en la literatura española y en la latinoamericana.[8]​ El escritor argentino Julio Cortázar publicó en 1963 su novela Rayuela, libro de corte experimental en el que, según David Daiches, confluyen Todos estos recursos —incluyendo la mano dibujada para señalar algunos párrafos o citas— remiten indefectiblemente al Tristram Shandy, al que hace referencia explícita en otra obra suya: La vuelta al día en ochenta mundos (1967).[10]​ Compatriota de Cortázar, Jorge Luis Borges aprovecha las estrategias metaficcionales como inventar textos y autores para sus relatos, aunque la relación con Sterne en más indirecta que en otros casos.[11]​[N.No obstante, el Tristram Shandy influirá enormemente sobre ciertas corrientes de la literatura posterior.Sobre todo algunos aspectos de la poética sterniana fascinarán a muchos autores creando aquel que ha sido definido como «efecto Sterne».Si bien la novela se hizo conocida entre los lectores hispanohablantes y fue comentada por escritores como Julio Cortázar y Jorge Luis Borges, no fue hasta dos siglos después de su publicación original que se la tradujo al español; solo Viaje sentimental había sido traducida en 1821.[15]​ En los años 90, Ediciones Cátedra retomó la primera traducción publicada para su colección Letras universales; la nueva edición contó con un con estudio preliminar y notas de Fernando Toda, así como algunos retoques a la traducción para conservar el carácter multilingüístico de la versión original que, en ediciones anteriores se había visto afectado al traducir también los fragmentos en francés o en latín.