Rayuela (novela)

A esta obra suele llamársela «antinovela», aunque el mismo Cortázar prefería denominarla «contranovela».

[6]​ La novela tardó varios años en ser publicada en España debido a las reticencias del régimen de Franco.

Los censores franquistas, todavía en 1967, recomendaron suprimir ocho páginas del libro, y este finalmente no vería la luz hasta siete años después.

El club, sin embargo, demuestra afecto por Lucía, pero casi siempre de una manera condescendiente.

Mientras tanto, Oliveira resiente cada vez más la situación, pues él no había accedido a vivir con un bebé.

Durante una pelea, Horacio da a entender que podría dar por terminada la relación.

Oliveira sale del apartamento, tal vez con la intención de visitar a Pola, una amante.

Después, mientras recorre las calles sin rumbo fijo, el protagonista es testigo de cómo un automóvil atropella a un hombre mayor.

Queda impresionado por cómo los paramédicos trataron a la víctima del accidente de un modo tan mecánico.

En el teatro, Oliveira escucha las composiciones de Trepat, que le parecen mal escritas y peor interpretadas.

Todo indica que a Horacio le simpatiza la mujer, cuyo fracaso contrasta irónicamente con su porte orgulloso.

Horacio cree que se acostaron mientras él no estaba, pero en realidad la Maga había rechazado los cortejos de este personaje.

Cuando por fin regresa al apartamento, ya han pasado varios días y la Maga ha desaparecido.

Finge desinterés, pero en su fuero interno sospecha que ella pudo haberse suicidado después del velatorio.

Mientras camina a orillas del río Sena, Horacio se topa con una indigente conocida por él y la Maga, cuyo encuentro previo no recuerda muy bien.

Emmanuele intenta hacerle sexo oral a Horacio, pero la policía cae de improviso y los arresta.

En el viaje, Oliveira continúa reflexionando sobre su búsqueda de la unidad y sobre su relación con la Maga.

Notan que, solo contra la luz correcta, los «bonitos patrones» dentro de este son perceptibles.

Se describe a Traveler como un tipo inquieto, cuyo matrimonio con Talita es estable.

Una tarde calurosa Oliveira pasa horas tratando de enderezar unos clavos, aunque aún no sabe para qué los va a usar.

Cree que es una especie de prueba; finalmente le arroja la yerba y los clavos, pero no cruza el puente.

Poco después, el dueño del circo lo vende a un empresario, un tal Suárez Melián y adquiere un hospital psiquiátrico.

A menudo los tres se refugian en el cálido ambiente de la farmacia, donde beben y conversan.

Pero, cuando ella lo ve a él, este se da cuenta de que es Talita quien juega.

Mientras tanto, Oliveira regresa a su propio cuarto y ahora está convencido de que Traveler quiere matarlo.

Por ejemplo: leyendo esta sección el lector llega a saber que la historia continúa después de que Horacio se tira por la ventana, siendo ingresado en el hospital, sedado por Ovejero y cuidado por sus seres queridos.

[8]​ Muchos críticos se refieren a esta obra como una «antinovela» por su carácter innovador, ya que rompe con todos los cánones preestablecidos en la época de su primera publicación.

No obstante, se lograron versiones excelentes en otros idiomas, como la traducción inglesa, realizada por Gregory Rabassa, la cual fue felicitada por Cortázar,[13]​ y que ganó el National Book Award de 1967 a la mejor traducción.

Le Pont-Neuf, la Cité, la Monnaie et le quai de Conti , 1832 (el Puente Nuevo , la isla de la Cité , la Casa de la Moneda y el muelle de Contí, 1832’). Cuadro de 1832, obra de Giuseppe Canella (1788-1847). El muelle de Contí y la rue de Seine (‘calle del Sena’) son los primeros lugares que se nombran en la novela.