Acompañó a su tía, una famosa cantante, por toda Europa, tocando la guitarra para ganarse la vida.
Desde 1935 hasta 1937, permaneció en Londres donde siguió los cursos de la Slade School of Art, donde conoció los sarcófagos egipcios, que le impresionaron hondamente.
Después de casarse con Marcelle Perreur, volvió a París, donde alternó con artistas que influyeron en su obra posterior.
Hacía 1952 abandonó su trabajo como músico en un cabaret gracias a un contrato con la galería Bing.
En 1962, se le dedicó toda una sala en la Bienal de Venecia.