[1] Desde Apolonia de Iliria se va a Macedonia por la Vía Egnatia, que se dirige al este y tiene piedras miliares hasta Cipsela (la actual Ipsala turca) y el río Hebro (o Evros), lo que comprende una distancia de 860 km.
Por ella arribó Pablo de Tarso a Filipos, la primera ciudad europea en recibir el anuncio del Evangelio.
Vodena), Pella, Salónica, Anfípolis y Filipos (de ahí salía hacia el norte la vía que conducía a Dacia, por Filipópolis –Plovdiv, en Bulgaria– y Oescus, en la orilla derecha del Danubio), donde entraba en Tracia continuando hacia Constantinopla.
Permaneció como una ruta de importancia comercial y estratégica durante siglos, y fue una de las más importantes carreteras del Imperio romano de Oriente (o Imperio bizantino, según los bizantinistas) conectando Dyrrhachium (la actual Durrës) en el Adriático con Líhnidos, (Ohrid), Tesalónica, Perinto (la posterior Heraclea), y finalmente Constantinopla (actual Estambul) en el Bósforo.
Casi todo el comercio terrestre bizantino con Europa occidental viajaba a lo largo de la Vía Egnatia.