Turnos sacerdotales

Los turnos o guardias sacerdotales (en hebreo: מִשְׁמָר‎: mishmar) son los grupos en que se dividían los sacerdotes judíos (cohanim) para la atención de sus servicios en el Templo en Jerusalén.Durante la semana que duraba el servicio en Jerusalén, todos los miembros del respectivo maamad que no habían podido subir con los sacerdotes se reunían para leer la Ley (por lo menos el relato de la Creación en Génesis 1) y ayunar (m. Taan."[3]​ Según las tradiciones bíblicas de las que bebió el Cronista, Aarón tuvo cuatro hijos: Nadab, Abihu, Eleazar e Itamar.Se tiraron suertes para designar el orden en que deberían servir en el templo.Cada semana, un turno diferente asumía la responsabilidad de realizar el servicio litúrgico en el Templo en Jerusalén, para lo cual acudían a la ciudad santa y vivían allí durante el tiempo de su servicio.[6]​ Aunque según 1 Crónicas 24 los turnos sacerdotales fueron creados por el rey David, en la actualidad los estudiosos piensan que el texto de crónicas refleja una realidad posterior al exilio de Babilonia.[8]​ La tradición judía preservada en el Talmud y algunos poemas del mismo período y posteriores asocian cada uno de los turnos sacerdotales según el Libro de las Crónicas a una ciudad diferente en Galilea.Por otro lado, el Talmud Palestino contiene algunas referencias a este mismo fenómeno de atribuir a cada turno sacerdotal una ciudad galilea: "Dijo R. Leví: Joarib es un hombre, Merón es una ciudad, Mesarbai significa que Dios ha entregado su Casa al enemigo' (...) Dijo el R. Berequías: Yedayas, Amoq Séforis quiere decir: El Señor sabía (Yeda-Ya) la profunda (amoq) conspiración que había en su corazón y los exilió a Séforis" (cf.En 1920, se encontró en Ashkelon una inscripción que contenía una pequeñísima fracción de esta lista.Esta lista contenía diez nombres de los turnos sacerdotales y sus respectivas ciudades galileas como se había transmitido en la tradición judía, con pequeñas diferencias.En los siglos subsiguientes, se conservaría la costumbre de recordar públicamente cada sábado en las sinagogas a qué turno sacerdotal le tocaría servir en el templo, una práctica que reforzaría el prestigio de los sacerdotes.