Este Talmud se estudiaba y seguía principalmente en círculos grecojudíos, hoy prácticamente desaparecidos.
En 325, Constantino, el primer emperador cristiano, declaró que no quería «ningún comercio con este odioso pueblo».
Por tanto, intensificó sus esfuerzos para condenar a los judíos al ostracismo y empobrecerlos.
Tradicionalmente, se cree que la redacción de este Talmud finalizó abruptamente en torno al año 425, cuando Teodosio II abolió la institución del Nasí, destituyó al Sanedrín y prohibió la ordenación formal de rabinos (semikhah).
[7] Aunque el caso es menos claro, también se cree que el funcionario romano «Próculo» mencionado por el Talmud de Jerusalén corresponde a un funcionario romano también llamado Próculo, que se convirtió en gobernador de Palestina hacia el año 380 y que en algún punto ascendió al cargo de praefectus urbi Constantinopolis (prefecto de Constantinopla), que ocupó entre los años 388 y 392.
[10]Esto ofrece un límite superior absoluto sobre cuándo pudo compilarse el Talmud de Jerusalén.
Para precisar aún más tal límite superior, algunas líneas (Demai 2:1; Shevi'it 6:1) del Talmud de Jerusalén aparecen también en la inscripción de Tel Rehov, que data del siglo VI o VII.
La numeración de las páginas por séder (órdenes o volúmenes) es la siguiente Cada página se imprimió como un folio, por lo que contiene cuatro subpáginas (es decir, 7a, 7b, 7c, 7d), a diferencia del Talmud de Babilonia, que sólo tiene dos subpáginas (7a, 7b).
El Nidá termina abruptamente después de las primeras líneas del capítulo 4.
Según la Enciclopedia Judía,Yerushalmi no se ha conservado en su totalidad; grandes partes de él se perdieron por completo en una fecha temprana, mientras que otras partes sólo existen en fragmentos.
La redacción del Talmud de Babilonia, en cambio, es más cuidadosa y precisa.
Una explicación más probable es el hecho de que el Talmud de Babilonia no se redactó hasta al menos otros 200 años, en los que se creó un amplio marco discursivo.
La ley tal como se establece en las dos compilaciones es básicamente similar, excepto en el énfasis y en detalles menores.
En una perspectiva novedosa, David Weiss Halivni describe los pasajes discursivos más largos del Talmud de Babilonia como la capa «estamaítica» de redacción, y cree que se añadió más tarde que el resto, y que si se eliminaran los pasajes «estamaíticos», el texto restante tendría un carácter bastante similar al del Talmud de Jerusalén.
Por ambas razones, se considera una recopilación más completa de las opiniones disponibles.