Aunque esta historia está bastante difundida entre los judíos y los cristianos siriacos, muchos otros hacen notar que la explicación no tiene sentido, puesto que Kalir no es el apodo de Eleazar, sino el nombre de su padre (por eso se llama Eleazar ben [hijo de] Kalir).
[5][2] En cuanto a la ciudad natal de Eleazar, Quiriat Séfer, se ha sido identificado con el homónimo sitio bíblico en Palestina (W. Heidenheim), con la ciudad babilónica de Sippara (Filosseno Luzzatto), y con Cagliari en Italia.
[12][13][14] La época en que vivió también ha sido objeto de debate: se ha puesto entre el s. II d. C. al s.
Introdujo innovaciones radicales en la dicción y el estilo, al mismo tiempo que empleaba una gama completa del hebreo posbíblico.
[21] Ben Kalir fue el primero que embelleció toda la liturgia con una serie de himnos (piyutim) cuyo elemento esencial era la hagadá.
[22][5] Pero la lengua de ben Kalir no es la sus fuentes, sino un hebreo bíblico enriquecido con osadas innovaciones.
Su predilección por palabras raras, expresiones alegóricas, y alusiones hagádicas hacen sus escrituras difíciles de entender.
Por eso, algunos describen a ben Kalir como "una versión hebrea de Robert Browning".
[5] Sus peculiaridades lingüísticas fueron continuadas por muchos, e influyeron hasta cierto punto incluso en la prosa antigua de algunos textos, especialmente entre los caraítas.
ej., por Abraham ibn Ezra, una crítica que siglos más tarde influiría en los maskilim cuando estos se separaron de Kalir).
También se pueden encontrar en así como otros libros de oración para días festivos del rito Asquenazí.