A comienzos del siglo XX , Guipúzcoa tenía un índice de mortalidad por tuberculosis muy elevado.
[2] En 1910 se inauguró en Éibar el denominado Jardín de Convalecientes para pacientes que habían pasado tuberculosis.
El primer centro antituberculoso en Guipúzcoa fue el Sanatorio Nuestra Señora de las Mercedes inaugurado en 1912 en San Sebastián.
[4] Fue promovido por el médico Emiliano Eizaguirre[5] a través de la Junta Municipal Antituberculosa y se ubicó en Loyola.
A éstos siguieron los de Éibar (fundado por el médico Ciriaco Aguirre ), Irún, Tolosa, Azpeitia y Bergara.
Este nuevo centro sanitario se dedicó desde su creación a la asistencia de hombres y contaba con 80 camas.
Para su sostenimiento contaba con 15 Hermanas Mercedarias, que junto a 3 médicos, 2 practicantes internos, 10 personas de servidumbre y 1 capellán, formaban la plantilla del sanatorio.
El sostenimiento del centro se realizaba a partes iguales entre el Estado, la Diputación y los ayuntamientos de la zona.
(11) A lo largo del siglo XX hubo algunas clínicas privadas y monográficas (que se dedicaban sólo a la tuberculosis) como la clínica San José (fundada en 1922 por el médico Emiliano Eizaguirre), o la Villa Luz (creada en 1948 por los médicos Salvador Bravo y José Labayen).
[10] Otro médico destacado en la lucha antituberculosa fue Ciriaco Aguirre[11] al que el municipio de Éibar le dedicó una calle.