No sería hasta 1950 cuando aparecieron los primeros fármacos eficaces para su tratamiento.
En 1913 fundó el dispensario antituberculoso del Hospital civil San Antonio Abad de San Sebastián y en 1932 fundó el pabellón Docker en el mismo hospital para niños con primoinfección tuberculosa.
[3] Fue autor de la cartilla antituberculosa que se repartió por toda Guipúzcoa para tratar y prevenir la tuberculosis.
Seguidamente otras ciudades como Madrid o Bilbao continuaron con esta iniciativa que surgió en Uruguay en 1912.
Participó en actividades filantrópicas como la fundación del club rotario en San Sebastián donde fue cofundador y primer presidente en 1926.