[3] Las embarcaciones que viajaban a Europa pasaban continuamente por esta zona para aprovechar los vientos dominantes y la corriente del Golfo.
[9][10] Jones dijo que las desapariciones de barcos, aviones y pequeños botes eran «misteriosas».
Dos años después, en 1952, George X. Sand afirmó en un artículo de revista Fate que en esa zona sucedían «extrañas desapariciones marinas».
[12][4] Al año siguiente publicó el libro Invisible horizons: true mysteries of the sea (‘Horizontes invisibles: los verdaderos misterios del mar’), donde incluía un capítulo llamado «El mortal triángulo de las Bermudas».
A la fecha, unas 50 naves y 20 aviones se han perdido en esa área particular del océano Atlántico.
[14][16] Los incidentes mencionados en su libro, se listan a continuación: Además, sin dar más precisiones, Berlitz, menciona los siguientes barcos desaparecidos en el Triángulo: Posteriormente a la publicación del libro de Berlitz, se reportaron otras desapariciones supuestamente acontecidas en el Triángulo, aunque debe notarse que algunos no estuvieron en el área del Triángulo en el momento de su desaparición.
Los rumores y más en ese momento indicaban que el Deering fuera víctima de piratería, posiblemente relacionado con el comercio ilegal de ron durante la Prohibición, y posiblemente involucrando a otro barco, el Hewitt, que desapareció aproximadamente al mismo tiempo.
Se especula que el Hewitt pudo haber sido este barco misterioso, y posiblemente involucrado en la desaparición de la tripulación del Deering.
Ambos eran aviones de pasajeros Avro Tudor IV operados por British South American Airways.
Ambos aviones estaban operando al límite de su alcance y el más mínimo error o falla en el equipo podría evitar que llegaran a la pequeña isla.
En su segundo libro sobre el Triángulo de las Bermudas, Winer cita una carta que recibió del Sr. J.E.
Debido al huracán que se acercaba, el propietario reforzó las cuerdas de amarre y colocó dos anclas adicionales.
Poco más podía hacer, ya que el amarre expuesto era el único fondeadero disponible.
UU. colisionaron y se estrellaron contra el Atlántico a 300 millas al oeste de Bermudas.
Añade que el informe del accidente de la Marina lo atribuyó a «causas o razones desconocidas».
En cuanto a las condiciones atmosféricas del día, al momento de recibirse la última trasmisión, el tiempo estaba desmejorando y se avecinaba una tormenta.
Los aviones TBM Avenger nunca fueron diseñados para el amerizaje, al contrario de lo que dice Berlitz; la experiencia de combate en el Pacífico demostró que un avión Avenger se hundía muy rápidamente si descendía en el mar, en especial en una región tan peligrosa del Atlántico norte.
La explicación más probable del suceso es que el jefe de la escuadrilla se desorientó.
En cuanto al hidroavión Mariner, que también desapareció, un navío en la zona (el SS Gaines Mill) informó de una explosión por encima del agua poco después del despegue del PBM Mariner, y más tarde se pudo divisar una mancha de aceite en ese punto, aunque el mal tiempo impidió que se recobrara cualquier resto, y para cuando el tiempo tormentoso terminó, todos los rastros del accidente ya no estaban ahí.
[23] En este contexto, el científico australiano Karl Kruszelnicki y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos declararon que no respaldan el mito asociado a esta región, sosteniendo que los accidentes son simplemente el resultado de probabilidades.
Se estima que en los últimos 100 años por esa zona han pasado unas 10 millones de naves (100.000 por año).
La aseguradora marina Lloyd de Londres ha determinado que el triángulo no es más peligroso que cualquier otra área del océano, y no cobra tarifas adicionales por el paso a través de esta región.
Es el caso del Mary Celeste, que se hundió entre las islas Azores y la península ibérica.
[36] Mientras que al realizar el experimento con un avión se denota que se podrían haber alterado los indicadores de velocidad, altímetros, medidores de OAT (temperatura exterior del aire), indicadores de viraje e inclinación lateral (giroclinómetro), brújulas, indicadores de velocidad vertical y giroscopios, lo cual haría que se notara que el avión está subiendo a una altura peligrosa y finalmente haría que este descendiera, al descender podría llegar incluso a chocar con el agua, o si no, como se ha escrito anteriormente, podría lograr alterar su brújula y adentrarse al medio del triángulo hasta que este se quede sin combustible y finalmente se desplomará en el agua.