El tratado de Brétigny solo afectaba a Inglaterra y Francia, y se llevaba negociando desde el mes de mayo, mientras que el tratado de Calais tenía como principales partes comprometidas a Francia y Navarra.
El rey de Inglaterra no permaneció allí mucho tiempo.
Eduardo, levantándose para recibirlo, se lo presentó a Juan como el señor más leal que jamás había visto.
El 12 de diciembre Carlos II, que residía en Mantes en esos momentos, se traslada a Saint-Denis en cuya basílica, en presencia del rey Juan II de Francia jura solemnemente respetar el acuerdo.
El historiador Edmond Meyer, respecto a este asunto afirmaba que «su negativa a rendir homenaje, recogida sin comentarios en las Grandes Crónicas, prueba que el rey de Navarra no reconoció ningún defecto en la guerra inicua que Juan el Bueno había iniciado con su violencia y que su hijo había continuado de mala fe.»[11][1]