Tratado de Torre de Arciel
La réplica del rey Alfonso fue buscar aliados para la causa del infante don Enrique entre la alta nobleza castellana y reclutar un ejército en Aragón que desplegó en la frontera con Castilla, pues como le dijo a unos embajadores del rey castellano, «todavía era su intención de venir a Castilla e se ver con el rey… e que le convenía ir acompañado de gente de armas, por cuanto cerca del rey estaban personas que le farían todo daño si pudiesen».La respuesta del rey de Castilla fue convocar a todos los grandes del reino en Palenzuela para que jurasen que se enfrentarían al rey aragonés si este atravesaba la frontera.Sólo los nobles más adictos al infante don Enrique no acudieron a prestar el juramento.A continuación don Juan consiguió la autorización del rey Juan II para salir de Castilla y negociar un acuerdo con el rey aragonés.[7][1] Según Jaume Vicens Vives, el acuerdo fue un «triunfo aragonés» pues en él se satisficieron todas las reclamaciones del rey Alfonso el Magnánimo, ya que no solo se acordó la puesta en libertad del infante don Enrique sino que recobró su cargo como maestre de la Orden de Santiago, además de los bienes patrimoniales y rentas que le fueron confiscados tras su detención.Por su parte, el infante don Enrique quedaba comprometido a reconocer la preeminencia de su hermano el infante don Juan y a no tomar represalias contra los que se habían opuesto a él durante los sucesos del golpe de Tordesillas.Siete días después se reunía con su hermano el infante don Juan en Ágreda sellando su reconciliación (don Juan se había opuesto a él durante los sucesos del golpe de Tordesillas).