Toma de la embajada de la República Dominicana en Colombia

En aquella época, el M-19 había protagonizado varias acciones, aunque su golpe mayor fue el robo de armas del Cantón Norte en la que los guerrilleros habían hurtado más de 5000 armas.

[6]​[7]​ Según declaraciones del mismo Comandante Uno, un día antes del asalto ni él, ni los demás guerrilleros, conocían el lugar donde estaba localizada la sede de la embajada de la República Dominicana, a la que fue vestido con saco y corbata, con dos guerrilleros más y armado con una pistola 9 milímetros.

En ese momento, el comando compuesto por 15 guerrilleros tomó la embajada y neutralizó a los invitados presentes.

[1]​ En el grupo de secuestrados había 16 diplomáticos de alto rango, entre los que figuraban los embajadores en Colombia de Austria, Brasil, Costa Rica, Egipto, El Salvador, Estados Unidos (Diego Cortes Asencio), Guatemala, Haití, Israel, México (Ricardo Galán), República Dominicana, Suiza, Uruguay, Venezuela y el Nuncio apostólico.

Una de las mujeres guerrilleras que asaltaron la embajada y había sido herida en el tiroteo del asalto inicial con el Ejército Nacional fue atendida por un médico y apareció luego en las fotos con vendas en la cabeza.

Como portavoz por el grupo guerrillero M-19 fue asignada Carmenza Cardona Londoño, La Chiqui; ella se reunió con representantes del gobierno, Ramiro Zambrano Cárdenas y Camilo Jiménez Villalba.

El embajador mexicano Ricardo Galán estuvo también presente como testigo y mediador.

El gobernante colombiano planteó el problema creado por la ocupación de la embajada dominicana y expuso aspectos de las negociaciones llevadas a cabo hasta esa fecha por delegados del gobierno, expresando que se habían efectuado 16 diálogos entre personeros del gobierno y los guerrilleros.

Una Comisión Especial de funcionarios diplomáticos de países que tenían rehenes en la Embajada Dominicana, lideradas por el nuncio apostólico de la Santa Sede en Argentina, Monseñor Pío Laghi, actuando como delegado del papa Juan Pablo II, visitó a la comisión en sus oficinas del Hotel Tequendama para intentar alcanzar una solución favorable a la repercusión internacional.

Fue capturado junto a Carlos Toledo Plata y juzgado en los meses siguientes en un Consejo Verbal de guerra.