Allí el capitán realista consideró inútil toda resistencia y abandonó rápidamente la fortaleza para dirigirse a Medina de Rioseco.
Al día siguiente, los comuneros reanudaron el combate en torno a la villa y lograron que se rindiese previo pago de un tributo.
[7] Casi al mismo tiempo, Pedro Zapata se dirigió con sus fuerzas asturianas al castillo de Torremormojón que, a unos pocos kilómetros de Ampudia, se mantenía leal a Carlos I.
[10] Considerando inútil proseguir la resistencia, los sitiados abandonaron el castillo por una puerta oculta y se dirigieron a Medina de Rioseco sin que los comuneros intentasen atacarlos.
[10] Finalmente la villa cedió ante los comuneros y, para evitar el pillaje, se comprometió a entregar los mil quinientos ducados, correspondientes al mantenimiento de los soldados y sus cabalgaduras, así como dos mil cántaras de vino.
[17] Sin embargo, lo cierto es que la proyectada operación respondió más a necesidades estratégicas que a las aducidas por él, por cuanto la amistad con el conde estaba asegurada ya desde hacía varios meses.