Tiberio Sempronio Graco (cónsul 177 a. C.)

Ocupó las más altas magistraturas del Estado romano, llegando a ser cónsul en dos ocasiones y censor.Poco después Graco también defendió a Lucio Escipión en las disputas respetando las cuentas del dinero que había recibido de Antíoco.Después fue edil curul, cargo en el que gastó mucho dinero en los juegos públicos.Después avanzó hacia Alce, donde tenían el campamento los celtíberos; después de varios combates Sempronio Graco logró que los celtíberos se retiraran y ocupó el campamento, pero no la ciudad; supuestamente nueve mil enemigos murieron en estas luchas; Graco se dedicó a asolar el país y en poco tiempo se sometieron ciento tres ciudades celtíberas e hizo un enorme botín; la ciudad de Alce todavía resistía y fue asediada hasta que finalmente se rindió.En la primavera siguiente hizo nuevas operaciones hasta conseguir la sumisión de los rebeldes que debieron entregar rehenes.Envió emisarios a Roma para solicitar permiso para regresar con su ejército y celebrar un triunfo.[2]​ Como consecuencia de esto, los tribunos interpusieron una denuncia contra la censura ante el pueblo, pero ambos fueron absueltos.En esta ocasión, Graco actuó con magnanimidad con su colega que era bastante impopular (mientras él era muy popular) y ligó su suerte a la de Pulcro, pues declaró que si su colega era condenado, él lo acompañaría al exilio, una anécdota de su severidad como censor contada a su primogénito, Tiberio Sempronio Graco cuenta que "cuando él era censor, y regresó a su casa después de la cena, los ciudadanos del vecindario apagaron sus luces, temiendo que Graco los reprochara por dedicar demasiado tiempo al vino y a los banquetes".No se sabe si este relato es cierto o Graco pudo haber anulado las elecciones a propósito para intrigar contra Escipión Nasica.Graco estaba en este momento muy cerca de los Escipiones Africanos y podría haber actuado contra su cuñado.Tiberio hablaba griego con fluidez y se dirigió al pueblo de Rodas en 164 a. C. en ese idioma.