Terapia de la conducta

La fundamentación empírica y teórica, sólidamente científica, se considera una característica esencial en sus desarrollos.

Entre los trastornos tratados estaban la ansiedad, las fobias, los problemas sexuales, las conductas obsesivas, amnesia, y la histeria.

Este tipo de perturbación generada en el laboratorio se denominó desde entonces neurosis experimental.

En 1920, el psicólogo conductista estadounidense John B. Watson y su ayudante Rosalie Rayner publicaron un estudio experimental en el que un bebé de 11 meses que había jugado previamente con una rata blanca de laboratorio, fue condicionado a temerla asociando su presencia a un ruido fuerte y desagradable, en lo que se llama emparejamiento de estímulos.

Para tratar los trastornos por ansiedad, Wolpe diseñó procedimientos terapéuticos basados en el modelo de condicionamiento clásico pavloviano.

[cita requerida] La desensibilización sistemática, la técnica más empleada por la terapia de conducta, intenta tratar trastornos que tengan un origen conocido, como por ejemplo, las fobias a los animales, a los aviones, las fobias sociales o la claustrofobia.

Suministra al paciente información sobre procesos fisiológicos tales como la tensión arterial o el ritmo cardiaco.

Con la ayuda de dispositivos mecánicos pueden observarse las variaciones puntuales en el funcionamiento del cuerpo humano.

Cinco etapas esenciales caracterizan este enfoque: Durante los años 1950s el psicólogo inglés Hans Eysenck sostuvo que la psicoterapia (incluido el psicoanálisis y todas las demás psicoterapias no conductistas) no es exitosa e incluso puede ser dañina.

[10]​[11]​ Sin embargo, en lo que respecta a Eysenck específicamente, varios investigadores independientes, incluidos Anthony Pelosi, David Marks, Henk van der Ploeg, Hermann Vetter, Roderick Buchanan y el King’s College London (universidad donde Eysenck fue profesor desde 1955 a 1983), han denunciado grave falseamiento de datos en varios estudios publicados por él desde los años 50s hasta los 90s.