En términos educativos se aplica contingentemente, por tanto, a conductas no deseables.
La extinción dentro del condicionamiento instrumental es el proceso contrario a la adquisición.
El procedimiento de la extinción consiste en la omisión del reforzador después de haberse presentado la conducta cuya desaparición se está trabajando.
Por ejemplo: un niño se niega a comer; los padres, con buena voluntad y sin darse cuenta, están reforzando esa conducta al prestarle atención (aunque sea para insistirle y reñirle), con lo que la conducta o se mantiene o aumenta.
Por supuesto, esta técnica se usa en conjunción con otros procedimientos.