Derivan históricamente de los manicomios En sus orígenes fueron templos griegos, luego al pasar por el periodo del oscurantismo las personas eran recluidas en instituciones donde no recibían tratamiento y cuando presentaban conductas trastornadas eran encadenadas.En la época moderna empezaron a contar con la mayoría de los servicios médicos de un hospital general además de servicios profesionales específicos para tratar enfermedades mentales: médicos psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros especializados, laboratorios especializados, neurología, medicina interna, farmacia, electrochoque, etc.[1][2] Como en un origen, fueron instituciones diseñadas para ocultar los trastornos de conductas, perceptivos o del pensamiento y por ser estas manifestaciones movilizadoras para el grupo familiar o el grupo social de origen, se construyeron edificios con fines restrictivos más que terapéuticos, solventados por la caridad y personas con un humanismo basado en la fe religiosa, más que en la comprensión desde lo científico y social: que el cerebro se puede alterar en su funcionamiento y por ende la mente que él contiene y generar manifestaciones no aceptadas por la sociedad.[4] La tendencia en ciertos países fue dirigida hacia la "desmanicomialización"; este fenómeno social se motorizó, por un lado por el avance de los medios para el tratamiento, y por otro por las organizaciones de derechos humanos, que consideraron que un tratamiento menos restrictivo debía ser instaurado.En Italia con su famosa Ley 180 (cuyo defensor y exponente fue Franco Basaglia) fue la pionera en este aspecto con una marcada tendencia hacia el tratamiento de estos padecimientos en su medio social.
Casa de locos y enfermos mentales
, cuadro de
Goya
que muestra un manicomio de principios del siglo
XIX
.